El peruano Roberto Carcelén estaba ayer “orgullosísimo” del eco que tuvo su actuación en la prueba de esquí de fondo de 15 km, el viernes pasado en los Juegos Olímpicos de Sochi, en la que terminó la carrera pese a tener dos costillas rotas.

“Me siento orgullosísimo. La reacción ha sido espectacular. Me llama todo el mundo de Perú. Atiendo a medios de comunicación de todos los países. Perdí la cuenta de la gente que me sigue en Twitter y he recibido unas 4.000 solicitudes de Facebook”, explicó conmovido el deportista de 43 años.

El peruano se convirtió en el héroe anónimo de los Juegos al quedar muy rezagado y dar la última vuelta al circuito de 5 km en solitario, entre los aplausos de un público entregado.

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Ni siquiera dos costillas rotas ni la gripe que pescó en la villa de atletas hace unos días impidieron a Carcelén cruzar la meta en sus segundos Juegos Olímpicos de Invierno.

Carcelén se fracturó las costillas, entrenando en Austria diez días antes del viaje a Sochi. Los médicos le recomendaron que no participara, pero el fondista no quiso renunciar.

“No podía respirar por lo de las costillas, una carrera que no pudo ser más difícil. Pero tenía que terminarla. El dolor valió la pena. Cumplí con la promesa para Perú”, dijo el esquiador.

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Carcelén fue el último en cruzar la meta el viernes, casi 28 minutos después del ganador de la carrera de 15 km de estilo clásico del esquí de fondo.

Alentado por una veintena de compatriotas en las tribunas, cruzó la meta llevando la bandera peruana tras 1 hora, 6 minutos y 28 segundos de trajín, en una prueba que es una especie de maratón en la nieve.

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En un gesto de compañerismo deportivo, Dario Cologna, el suizo que conquistó el oro, y Dachhiri Sherpa, el nepalí que entró penúltimo, esperaron en la meta para darle un abrazo.

“La prueba fue extremadamente dura y los 10 km finales fueron una pesadilla”, afirmó el limeño, ejemplo de coraje.

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Idea de su esposa
Residente en Seattle, donde trabaja como consultor de Microsoft, Roberto Carcelén comenzó a esquiar hace seis años. Todo fue idea de su esposa estadounidense, Kate. “Me tomó poco tiempo en aprenderlo. Mi esposa quedó sorprendida de que avancé tan rápido”, dijo el peruano.

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Entrenar a peruanos
“Me retiro. Creo que será más valioso preparando a una delegación de Perú para el futuro”, dijo Carcelén, quien cree que su país tiene capacidad para competir en otras disciplinas, incluso las de invierno.

2010
En los JJ.oo. de vancouver el peruano fue último en los 15 km.