Hasta el mismo comisionado Roger Goodell bromeó previo al Super Bowl al advertir que ni siquiera la misma NFL puede dictar el clima.

Sólo esta toda poderosa liga es capaz de salirse con la suya al montar su partido de campeonato en una ciudad del noreste de Estados Unidos en pleno invierno. Si bien el cielo estuvo nublado y cayeron unas cuantas gotas de lluvias en las horas previas al duelo entre los Broncos de Denver y los Seahawks de Denver, la temperatura fue de unos agradables 10 grados Celsius (50 F). Nada cercano a la nevada que tanto se temía.

Así, sin importar los problemas que pueda enfrentar -que es un deporte en el que sus actores se exponen a lesiones cerebrales; un escándalo de hostigamiento en el vestuario de un equipo; un prominente jugador acusado de homicidio; los constantes errores de arbitraje- la liga profesional más popular en Estados Unidos disfruta de una supremacía inobjetable.

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Es por eso que Goodell y la NFL no tienen límites en sus ambiciones. Quieren que más equipos puedan clasificarse a los playoffs, quizás a partir de la temporada del  2015.

Al rendir su "informe anual", dos días antes del partido del domingo, Goodell habló con orgullo del hito que significa para la liga montar el primer Super Bowl al aire libre y con clima frío, ni más ni menos que en Nueva York.

"Estamos haciendo algo innovador y sin precedentes, algo consistente con la esencia del fútbol americano y el Super Bowl. Este Super Bowl ha generado mucha efervescencia y entusiasmo", dijo Goodell, mientras le llovía nieve falsa en un teatro de Manhattan. "Este es nuestro mercado número uno y un grandioso escenario para este duelo, con el mundo pendiente".

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Eso es cierto. La final de la NFL es el programa de televisión de mayor audiencia en Estados Unidos año tras año, con más de 100 millones frente a sus pantallas con pizza, alas de pollo, cerveza, etcétera. A ello súmele un audiencia global de casi 1.000 millones.

Incluso los partidos de la temporada regular arrasan en la sintonía televisiva, ya que 34 de los 35 programas más vistos durante el otoño correspondieron a la NFL. Sólo la transmisión del desfile de la cadena de tiendas Macy's en el día de Acción de Gracias se pudo colar en el puesto 22.

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Goodell y los dueños de equipos no se dan por satisfechos. Saben del preciado producto que tienen en sus manos, en una era en la que las transmisiones deportivas a través de diversas plataformas tienen un valor enorme. Y por ello procurarán exprimir al máximo sus ingresos, que ya superan los 9.000 millones de dólares anuales y que deberán incrementarse cuando a partir de la próxima temporada entren en vigor los nuevos contratos de televisión.

Muy pronto se anunciará que los partidos de los jueves por la noche, que se pasan por la NFL Network, serán transmitidos por otro canal. Y la liga se prepara para lanzar un servicio de vídeo digital denominado 'NFL Now' que busca aprovechar la publicidad en los teléfonos inteligentes.

"La demanda publicitaria se entiende porque hay consumo", destacó Brian Rolapp, el vicepresidente de medios de la NFL.