El seleccionador de Ecuador, Reinaldo Rueda, y el presidente de la Ecuafútbol, Luis Chiriboga, evidenciaron su emoción el pasado sábado cuando la Copa del Mundo de la FIFA fue exhibida en el aeropuerto Mariscal Antonio José de Sucre.

“Soñar”. Este término fue el que usó el DT colombiano para definir su aspiración, y luego complementó que tratará de llevar lo más lejos a la Tri en el Mundial Brasil 2014.

A la vez, reveló que uno de sus hijos, al dialogar sobre lo que será la participación de Ecuador en ese torneo, le hizo el siguiente comentario: “Si no juegas la final no pasa nada porque ya fuiste tercero en el mundo con Colombia (en el Mundial sub-20, en el 2003). Tienes que aspirar a jugar la final con Ecuador para realizarte”.

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La reflexión del adiestrador a ese comentario fue: “Esa es la ilusión. Llegar lo más alto”. No obstante, reconoció que existen grandes potencias de fútbol.

Chiriboga fue más allá en su criterio, y se animó a decir que Ecuador es un aspirante a ganar la Copa del Mundo.

El trofeo más codiciado del fútbol, el cual está por segunda vez en el Ecuador –luego del 2006–, llegó a Quito en medio de extrema seguridad. Tras una larga espera, de más de una hora y en medio de la expectativa fue develado por Ricardo Trade, jefe del Comité Organizador del Mundial, y Marcelo Goffi, representante de Coca-Cola. Carlos Vives, cantante colombiano que interpreta el himno de la marca de la gaseosa para el Mundial 2014, también fue partícipe de la ceremonia.

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El objeto de más de 6 kilos de peso, de los cuales 5 son de oro macizo, fue exhibido ayer al público en el Quorum Paseo San Francisco, en Cumbayá. Hoy se repetirá el acto desde las 13:30. Los pases de cortesía fueron entregados en días pasados.

Para hoy también está programado que la comitiva que lleva la Copa del Mundo esté presente en el cambio de guardia en el Palacio de Gobierno. En este acto, previsto para las 10:00, el presidente de la República, Rafael Correa, podrá tomar el trofeo.

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El mandatario será el único ecuatoriano que tome en sus manos la Copa, ya que de acuerdo con el protocolo solo lo pueden hacer los jefes de Estado y los excampeones mundiales. En el país vive el brasileño Moacir Pinto, campeón del mundo en 1958, pero es difícil que acuda ya que se recupera de un infarto al corazón.