Un brillante Stanislas Wawrinka acabó con el reinado de tres años de Novak Djokovic en Melbourne Park, ayer, al imponerse en un partido a cinco sets en el Rod Laver Arena y eliminar al serbio en cuartos de final del Abierto de Australia.

Tras caer ante Djokovic en dos duelos épicos a cinco sets en Melbourne y el US Open la temporada anterior, el suizo, cabeza de serie número ocho, venció 2-6, 6-4, 6-2, 3-6 y 9-7 en cuatro horas de juego.

Wawrinka mantuvo la calma en el set definitivo donde hubo una tensión incesante, y selló el encuentro cuando el exnúmero uno envió fuera una pelota en un punto para partido.

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El suizo medirá en semifinales al checo Tomas Berdych, que derrotó al español David Ferrer (6-1, 6-4, 2-6 y 6-4).

“Es un campeón magnífico, nunca se rinde. Estoy muy muy muy feliz”, comentó Wawrinka del triunfo ante Djokovic.

Acalambrado y nervioso

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“Estaba realmente centrado punto tras punto. Tenía que seguir siendo enérgico, no rendirme. Estaba cansado, un poco acalambrado y también nervioso. Pero me daré un baño de hielo un rato largo”, agregó.

Wawrinka, de 28 años, que intentaba llegar a su primera semifinal en Australia, empezó nervioso, pero se recuperó durante el descanso y superó al serbio en una serie de emocionantes intercambios.

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“Aprovechó sus oportunidades. Mereció su gran triunfo”, dijo Djokovic. “No hay nada que decir. Puse lo mejor de mí, todo. Esta vez no pudo ser”, añadió.

“Obviamente estoy decepcionado pero viene un nuevo día. Debo aceptar que no se pueden ganar todos los partidos”, agregó el serbio, que buscaba su cuarto título consecutivo en Australia, y quinto en total.

Djokovic no había perdido en este torneo desde el 2010, cuando cayó ante Jo-Wilfried Tsonga en cuartos de final y había sido, sin lugar a dudas, el mejor jugador en la Arena Rod Laver desde el 2011.