Denis Dau Karam

La reunión fue imponente, en la cual un grupo de vicentinos festejó con fuerza espiritual, con recuerdos de las mejores jugadas y de las victorias aguerridas ante sus rivales.

La cita gloriosa se dio en días pasados con ejemplares beisbolistas del VR que recordaron los cuarenta años de haber dado la vuelta olímpica como campeones intercolegiales.

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El béisbol en el Ecuador tiene su historia. Su nacimiento fue por el año 1919. Haber sido en dos ocasiones campeones sudamericanos en 1963 en Argentina y en 1966, en nuestro país; diamantes que recibieron a talentosos jugadores extranjeros; gradas siempre llenas por el buen juego de las novenas; conjuntos que combinaban juventud con experiencia; para nombrar a las decenas de jugadores faltaría papel. En un instante de la historia deportiva del país, el béisbol fue la segunda disciplina más popular, hoy las letras están al revés.

En competencias estudiantiles el Vicente Rocafuerte se dio el lujo de tener el mayor número de títulos ganados y aún más ser el primer plantel en América del Sur en poseer un diamante, y de esta infraestructura deportiva se formaron los vencedores de hace cuarenta años.

Ellos son: Roberto Villacís, Carlos Silva, José Gómez, Luis Velasteguí, Carlos Coral, Manuel Arrata, Armando Veintimilla, Jaime Letamendi, Alfredo Buchelli, Hans Franco, Walter Guerrero, Nelson Mieles, Camilo Chiquito, Raúl Ramón, José Herbas, Javier Armes, Fayke Ortiz, Jorge Moreno, Carlos Ruiz y Jorge Salazar, hoy dignos profesionales en diversas ramas. Aplausos de pie para estas estrellas de la pelota chica.

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A la brillante celebración asistieron el Dr. Otón Morán Ramírez, rector en ese entonces; el profesor Ricardo Montalvo, entrenador de los monarcas, e invitados especiales. Fue una noche en la que los jonrones pasaban de mesa en mesa.

Los campeones recordaron que cuando obtuvieron la corona en 1973 llegaron al colegio con el trofeo en alto gritando: “Vicente, Vicente, Vicente, campeón en el tiempo y en el espacio tu nombre sonará, Vicente, campeón” y la frase histórica: “Donde hay una VR hay un campeón”.

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Ahora son ejemplares amigos y padres…