Ricardo Vasconcellos R.
rvasco42@hotmail.com

Pocos recuerdan hoy el histórico papel que tuvieron dos próceres –Enrique Villacís Páez y Eloy Carrillo Avilés–, en lo que iba a ser el cimiento de las glorias emelecistas.

Aunque para nuestro Cantinflas criollo la historia no sirve para nada, Emelec podría tener una doble celebración mañana si los jugadores eléctricos se liberan de la ansiedad originada en la proximidad de un título nacional, luego de once años de espera.

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Y es que Emelec consiguió la corona del primer Campeonato Nacional de Fútbol el 1 de diciembre de 1957 con aquel plantel bicampeón de la Asociación de Fútbol del Guayas al que el periodismo bautizó como el Ballet Azul. El de 1956 fue dirigido por el chileno Renato Panay y el de 1957 por el recordado Eduardo Tano Spandre, ítalo-argentino. El codiciado logro coincidiría también con los 70 años de la llegada del club por primera vez a la Serie de Honor del balompié, entonces amateur y regentado por la Federación Deportiva del Guayas. En verdad, muchas cosas por celebrar si Emelec vence al Manta.

El mismo año de su fundación como club, 1929, Emelec había incursionado en el fútbol federativo en la serie C sin grandes resultados por lo que George Capwell, al que no gustaba el balompié, decidió que su club iba a dedicar sus esfuerzos al básquet, béisbol, natación y boxeo, sus deportes predilectos. Los empleados de la Empresa Eléctrica, que en 1925 habían campeonado en la Unión Deportiva Comercial con un equipo al que llamaron Emelec, regresaron a esta liga en 1933, dirigidos por el centro medio de 1925, Enrique Villacís Páez, y lograron campeonar otra vez.

En 1940, el mismo Villacís Páez y el multideportista Walter Jouvin, guardameta del equipo en 1929, convencieron a Capwell de volver al fútbol de Fedeguayas, pero el célebre Gringo guayaquileño, como lo llamó Manuel Chicken Palacios, emitió una sentencia: “Si no se armaba un equipo competitivo, ya podían olvidarse para siempre del fútbol”.

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Y sucedió lo inesperado. Con Villacís como principal dirigente de este deporte y con la dirección de Eloy Carrillo Avilés, una leyenda del boxeo y del fútbol, que también era delantero, Emelec fue campeón de la serie C, en 1940; de la B, en 1941; de la Intermedia, en 1942; y en 1943 ya estaba en la Primera Categoría para enfrentar a Barcelona, Panamá, 9 de Octubre, Patria, Guayaquil Sporting y otros grandes. Pocos recuerdan hoy el histórico papel que tuvieron estos dos próceres, Enrique Villacís Páez y Eloy Carrillo Avilés, en lo que iba a ser el cimiento de las glorias emelecistas. En 1946 Emelec fue por primera vez en su historia campeón de fútbol de la Federación Deportiva del Guayas. Villacís y Enrique Baquerizo Valenzuela eran los dirigentes, mientras Carrillo y Ramón Unamuno eran los directores técnicos.

El primer certamen nacional se inició el 10 de noviembre de 1957 con participación de los campeones y subcampeones de Guayas, Emelec y Barcelona, y los de Pichincha, Deportivo Quito y Aucas. Los eléctricos contaban con un gran plantel en el que estaban los arqueros Cipriano Yulee y Lautaro Reinoso; los zagueros Jaime Ubilla, Cruz Alberto Ávila, Raúl Argüello y César Chalén; los volantes Bolívar Herrera, Jorge Caruso, Jorge Lazo, Rómulo Gómez y Ricardo Chinche Rivero; y los delanteros Carlos Romero, Natalio Villa, José Vicente Balseca, Daniel Pinto, Carlos Alberto Raffo, Óscar Fernández, Mariano Larraz, Carol Farah, Agustín Álvarez y Fulvio Rangel. El preparador físico era el legendario maestro vicentino Gustavo Maridueña.

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Aquel 10 de noviembre se midieron en el estadio Capwell Emelec y Aucas con una victoria contundente de los guayaquileños 2-0, con goles del argentino Caruso a los 13 minutos –que su compatriota auquista Marcelo García ayudó a introducir– y del Loco Balseca a los 61 minutos. Emelec formó ese día con Yulee; Ubilla, Ávila y Argüello; Caruso y Gómez; Balseca, Pinto, Raffo, Fernández y Villa. Barcelona, por su parte, perdía el mismo día 2-1 ante Deportivo Quito.

El campeonato continuó el 24 de noviembre con una caída de Emelec ante el Quito 1-0, anotación del argentino Modesto Salina, en una mañana en que el Flaco Raffo se almorzó tres goles cantados. En Guayaquil, Barcelona le atizaba un 4-1 al Aucas en una jornada inspirada de Simón Cañarte, que hizo dos de los goles. Y vino la última fecha del campeonato nacional el 1 de diciembre. En la mañana Barcelona empató a 2 goles con el Aucas en un cotejo anormal en que menudearon las agresiones a los jugadores porteños y al árbitro, el recordado Enrique Vergara Montiel, llevado preso por orden de la Policía cuyos jefes estaban descontentos por el gol de Enrique Cantos, que puso la igualdad. Para lograr la libertad de Vergara debió intervenir el vicepresidente de la República, Francisco Illingworth.

En el viejo estadio Capwell el equipo local daba cuenta del Quito 2-0, goles del inolvidable Pata de Chivo Pinto y el Pelado Natalio Villa, convirtiéndose en primer monarca ecuatoriano ante la euforia de su hinchada, que para entonces ya era muy numerosa. Yulee; Ubilla, Cruz Ávila y Argüello; Caruso y Lazo; Balseca, Pinto, Raffo, Larraz y Villa fueron los actores de esa histórica tarde.

Emelec merece el título del 2013 por su acertada conducción directiva y técnica. Será para honra del fútbol de Guayaquil, que seguirá en la cima.

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Emelec merece el título del 2013 por su acertada conducción directiva y técnica. Será para honra del fútbol de Guayaquil, que seguirá en la cima.