Rafael Nadal derribó la barrera de Cincinnati, uno de los torneos que le faltaba por ganar, y tras superar al estadounidense John Isner por 7-6(8) y 7-6(3) logró su noveno título de la temporada y el vigésimo sexto Masters 1000 de su carrera.

Cincinnati se le resistía al español, que hoy figura como segundo jugador del mundo en detrimento del británico Andy Murray y solo superado por el serbio Novak Djokovic, número uno del circuito, objetivo que ve posible de alcanzar.

“Ganar dos torneos consecutivos en pista dura, dos Masters 1000, jugar al nivel al que lo he hecho y en un año problemático por la lesión en la rodilla supone vivir momentos emocionantes. Además de un título importante esto significa lograr muchos puntos y me da un margen importante. Hay un objetivo de estar ahí (como número uno), es posible y voy a intentarlo hasta el final”, dijo Nadal en Televisión Española.

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El tenista español reconoció que ganar la primera manga fue determinante. “El primer set ha sido decisivo. He salvado el momento complicado porque el partido tiene poco ritmo, con pocas ocasiones al resto. Pero el saque me ha acompañado y me he llevado la victoria ante un jugador que es uno de los más incómodos que hay y se merece estar en las primeras posiciones”, destacó.

Son ya quince las victorias que acumula Nadal en este tipo de piso en el 2013. Ha ganado nueve títulos en once finales jugadas hasta ahora. El español acumula Cincinatti a los éxitos en Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells, Godó, Madrid, Roma, Roland Garros y Montreal.

Solo perdió en Viña del Mar ante el argentino Horacio Zeballos y en Montecarlo, contra Djokovic, ambas en tierra. Un trayecto impecable a excepción de Wimbledon, de donde se despidió en su primer partido. El Abierto de Estados Unidos es ahora su nuevo objetivo.