Por Ricardo Vasconcellos Rosado 
rvasco42@hotmail.com

La ceremonia fue sobria, pero conmovió. En lugar cercano al de asiento de la ciudad en su último traslado, Las Peñas, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, inauguró el pasado martes el Museo de Barcelona, una idea que se gestó en la siempre activa mente de Marcelo Marchán Vélez y que fue de inmediato aceptada por el alcalde, quien puso una condición: un museo igual debía levantarse para mostrar la gloria del hermano de barrio y hoy adversario: el Club Sport Emelec.

El Municipio proporcionó los locales adecuados, el financiamiento y la tecnología. Lo demás lo puso la empresa de Marcelo, quien no pudo ver la obra concluida bajo la dirección de su yerno, Enrique Fierro. Por ello el instante más sentimental fue el homenaje a su memoria, con el silencio solo quebrado por el sonido de una trompeta triste que alargaba sus notas, tal vez buscando en el éter el alma del creador del Museo.

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La obra reviste capital importancia para nuestra ciudad y su sentimiento deportivo porque en ambos museos se congregará la historia de los dos clubes que capitalizan la mayor cantidad de seguidores. “Este museo no solo servirá para saber dónde estamos, sino también para conocer adónde vamos y de dónde venimos”, dijo Nebot y esa frase condensó la utilidad de estos establecimientos. Los enemigos de la historia, que los hay a montones, especialmente en los programas deportivos radiales y televisados, no asistieron. Eso fue también un homenaje a los museos y su significación cultural. En cambio, sí estuvieron añejas estrellas de la institución canaria encabezadas por Fausto Montalván –quien lucía sus flamantes 90 años y su pasado de histórico capitán del equipo que conquistó la idolatría popular–, y algunos expresidentes que contribuyeron a forjar momentos gloriosos.

El museo no es un almacén de cosas viejas, y esto vale recalcarlo. De acuerdo al Consejo Internacional de Museos de la Unesco, se trata de “una institución permanente, sin fines de lucro y al servicio de la sociedad. Y su desarrollo, que es asequible al público y acopia, conserva, investiga, difunde y expone el patrimonio material e inmaterial de los pueblos y su entorno para que sea estudiado y eduque y deleite al público”.

Etimológicamente la palabra museo se deriva de musas, diosas inspiradoras del arte y la belleza. Y la diosa inspiradora de los museos es la historia. Fue Ptolomeo Filadelfo el que creó en el siglo III a.C., en Alejandría, el Museo para la Investigación Científica de la Antigüedad, con el que pensaba rendir tributo al espíritu creativo del hombre, a su inteligencia para expresar sus emociones y avanzar en la construcción de su historia propia. Los museos han sido concebidos para preservar la memoria histórica de las sociedades, para educar al hombre sobre el patrimonio histórico y para establecer un vínculo sólido de comunicación entre el pasado y el presente. Esto es algo que no lo pueden entender los que reniegan del pasado.

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El Club Sport Emelec ya inició los trabajos para su museo, que tendrá el brillo y la riqueza de su vecino. Para ello es importante que los exdirigentes y los que un día formaron el plantel, o sus familiares si ellos ya no están con nosotros, hagan un gesto de desprendimiento como ocurrió con grandes jugadores de Barcelona, y entreguen sus recuerdos: camisetas, botines, medallas, videos, fotografías, para que los miles de seguidores del equipo eléctrico de hoy y del futuro puedan disfrutar de los momentos de victoria que esos objetos transmiten.

“Estos recuerdos solo los hemos visto nosotros. Es hora de que los vean todos los que recuerdan a mi esposo”, dijo emocionada la viuda de Sigifredo Chuchuca cuando entregó varios objetos al Museo de Barcelona”. La conducta de la viuda de Chuchuca puede y debe ser imitada por los herederos de grandes cracks emelecistas que conservan bellos álbumes de fotografías que hemos visto personalmente, camisetas que un día lucieron sus antecesores y muchas cosas más.

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“Ya existe una comisión que está a cargo de la tarea de recolección del material que será parte del Museo de Emelec y de su concepción arquitectónica. Lo vamos a concluir pronto y será un orgullo no solo para la hinchada del club sino también para todos los seguidores del fútbol”, comentó Nassib Neme, presidente azul, hace poco.

El alcalde Nebot reiteró en la ceremonia su ofrecimiento de varios meses atrás: “La misma ayuda que hemos dado para este museo, la vamos a dar para el de Emelec porque ambos clubes son símbolos de la ciudad”.

Con la inauguración del Museo de Barcelona Sporting Club, y el trabajo que se está haciendo en el de Emelec, la historia, esa sabia maestra de vida, ganó una batalla y el gran conductor de la tropa vencedora fue el alcalde de Guayaquil.