Paralelo al proceso de matriculación correspondiente al periodo lectivo que empezará el 2 de mayo próximo, docentes buscan absolver sus dudas para aplicar los parámetros contemplados en el reglamento de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI).

La norma contempla quinquemestres (en vez de trimestres), evaluar la conducta estudiantil por letras, desde A (muy satisfactorio) hasta E (no cumple con los compromisos establecidos para la sana convivencia social), tener un máximo de 10 y un mínimo de 7 sobre 10 puntos para aprobar una asignatura, entre otros aspectos.

Ginger Torres, inspectora general del colegio fiscal Provincia de Bolívar, cita que alistan un programa de charlas dirigidas a la planta docente para reforzar y unificar criterios. Dice que les corresponderá aplicar ajustes, despejar dudas y destaca que hay más evaluaciones.

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El reglamento entró en vigencia el 19 de julio pasado. Propone que la calificación estudiantil incluya parámetros cualitativos y cuantitativos.

Marco Torres, docente del centro educativo privado Ecomundo, que trabaja bajo el sistema de quinquemestres, destaca que la norma establece parámetros para evaluar los niveles de satisfacción en cuanto a logros académicos alcanzados por los alumnos. Agrega que promueve la exigencia de que este desarrolle habilidades y destrezas, que no se quede en el aprendizaje memorista, cita.

El reglamento contempla una escala de calificación para determinar si el alumno supera los niveles de aprendizaje requeridos o no los alcanza, en el peor de los casos (ver gráfico).

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El 10 es una nota de excelencia, pero en su aplicación hay dudas. Unos maestros creen que es para los alumnos que vayan más allá del aprendizaje en las aulas y otros para quienes lleguen a dominar un contenido y compartirlo con otros.

Luis García, vicerrector académico del Colegio Politécnico, anota que con la nueva escala el profesor adquiere el compromiso de no limitarse a enseñar. “La prioridad del maestro de hoy no es enseñar sino cerciorarse de que el estudiante aprendió lo explicado”, opina.

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El nuevo esquema comprende una serie de exámenes que el estudiante puede rendir para aprobar el curso, pero incluso, si ya aprobó, para mejorar su calificación.

“La nota más alta es la que queda”, anota García.

Gladis Mohina, vicerrectora del Ismael Pérez Pazmiño, anota que los instructivos vinculados al reglamento constan de fechas específicas para cumplir con las actividades educativas. Comenta que la planta docente tiene el reto de cumplir a cabalidad con las fechas.

Éricka Figueroa, docente del colegio fiscal Francisco Campos Coello, dice que el sistema promueve más trabajo en clases, que la plantilla para el registro estudiantil será más amplia, que tendrán que calificar más evaluaciones. Y ve positivo el cambio.

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Los profesores se familiarizan con el contenido en charlas de difusión propuestas por el Ministerio o por cuenta propia, como yendo a charlas programadas en centros vinculados a la rama docente como la Fundación Leonidas Ortega.

La psicóloga educativa María Dolores Cabrera refiere que la fundación abre programas y charlas respecto al nuevo reglamento. Comenta que trabajan con facilitadores acreditados por el Ministerio y que la capacitación del maestro por cuenta propia es también un requerimiento al docente. “30 horas de capacitación acreditada pagada por ellos”, menciona.

La Subsecretaría de Educación del distrito Guayaquil indicó que las charlas se han efectuado desde el año pasado.