Los detractores de Margaret Thatcher salieron ayer a la calle, en varios puntos del Reino Unido, para mostrar el rechazo a su legado y celebrar con gritos de júbilo la muerte de una primera ministra que dividió al país y cuyos funerales se realizaron en la catedral de San Pablo, con la presencia de la reina Isabel II y más de 2.000 invitados.











