El olor a tiza y su paso a la pizarra acrílica, el aula, los pupitres, las ocurrencias, travesuras y bromas de sus alumnos. Toda una vida llena de recuerdos, cuyos detalles poco a poco se van desvaneciendo con el transcurrir del tiempo, es lo que le queda a Rosa Delia Sacoto Echeverría de sus cinco décadas dedicadas al magisterio.