La Asamblea General de la ONU adoptó el martes en Nueva York el primer tratado que reglamenta el comercio internacional de armas clásicas, sin alcanzar sin embargo un consenso entre todos los países miembros, a pesar de siete años de negociaciones.

El texto fue aprobado por una fuerte mayoría de 154 votos a favor, 3 en contra y 23 abstenciones, entre estas últimas las de Rusia, China, India y los países latinoamericanos del ALBA, constató la AFP.

Este tratado es el primero que reglamenta la venta de armas convencionales, un mercado de unos 60.000 millones de dólares al año, y el primer texto mayor sobre desarme desde la adopción de la prohibición de ensayos nucleares en 1996.

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"Tras siete años de arduos trabajos que culminaron las dos última semanas, tenemos ante nosotros un documento equilibrado y robusto", dijo el embajador de Costa Rica ante la ONU, Eduardo Ulibarri, al presentar el texto impulsado por un centenar de países (entre ellos Argentina, Colombia, México, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia).

Este mismo documento de 15 páginas negociado en Nueva York durante diez días había sido bloqueado el jueves pasado por Corea del Norte, Siria e Irán, imposibilitando su adopción por consenso. Estos tres países votaron en contra en la votación por mayoría simple llevada a cabo el martes.

A estos rechazos se sumaron las abstenciones de potencias como Rusia, China e India. Los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua también optaron por esta alternativa.

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"Se ha decidido forzar ante la Asamblea General de la ONU una decisión que no ha logrado el consenso esperado", afirmó el embajador cubano, Rodolfo Reyes, denunciando que el texto otorga "privilegios a los principales países exportadores" a la hora de evaluar si se debe hacer una venta o no.

Estados Unidos, el principal abastecedor de armas del planeta con 30% del mercado y que había hecho fracasar una precedente negociación en julio pasado, dijo estar listo a firmar el convenio, aunque su ratificación por el Congreso no es segura.

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Luego del voto del martes, cada país queda ahora libre de suscribir o no el tratado y ratificarlo. El convenio entrará en vigor luego de su ratificación por un mínimo de 50 países, un proceso que podría llevar dos años, según un diplomático.

El principio del tratado consiste en que cada país debe evaluar, antes de toda transacción, si las armas vendidas pueden ser utilizadas para eludir un embargo internacional, cometer un genocidio y otras "violaciones graves" a los derechos humanos, o caer en manos de terroristas o criminales.

En todos estos casos, el país exportador estará obligado a rechazar la transacción.

Las armas incluidas van desde las pistolas hasta aviones y barcos de guerra, pasando por los misiles. La lista no comprende a los transportes blindados de tropas y los equipos destinados a las fuerzas del orden.

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El tratado incluye todas las transferencias internacionales (importación, exportación, tránsito) y la intermediación.

La Coalición de Control de Armas, que representa a más de 100 organizaciones no gubernamentales en 120 países, celebraron de inmediato el voto en la ONU y pidieron comenzar cuanto antes el proceso de firma y ratificación del tratado, según un comunicado.

"Es un momento increíble. Por primera vez en la historia, tenemos un trabajo internacional legalmente vinculante que regulará el negocio mundial más mortífero, el comercio de armas", dijo una responsable de Oxfam, Anna Macdonald, citada en el texto.