Tanto en invierno como en verano, quienes habitan en ciudades húmedas y calurosas como Guayaquil, por ejemplo, están expuestos a contraer enfermedades como el dengue, que se transmite de persona a persona, a través de un mosquito, el Aedes aegypti, que es el vector, y a problemas dermatológicos como la leishmaniasis cutánea o el prurigo por insectos.