Venezuela anunció ayer una devaluación de su moneda frente al dólar del 46,5%, con varias excepciones para sectores que ya habían solicitado divisas, y la modificación de su política cambiaria en aspectos que incluyen organismos de su sistema de control de cambio.

Con la devaluación, la primera desde el 2010, la cotización del bolívar pasa a ser de 6,30 por dólar, comparada con 4,30 por dólar hasta la fecha.

La medida busca aumentar los ingresos del Estado y aliviar el déficit público, aunque también tendrá un impacto en los precios que pagan los consumidores por los bienes, publicó ayer la BBC.

Publicidad

El ministro de Finanzas y Planificación, Jorge Giordani, informó que la medida entra en vigencia el miércoles, el primer día de actividad bancaria después del asueto de carnaval.

Añadió que se decidió la eliminación del tipo de cambio secundario, llamado Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), de 5,3 bolívares por dólar, manejado por el Banco Central.

Este es el quinto ajuste del tipo de cambio que realiza la administración de Chávez desde que impuso el control de cambio hace diez años.

Publicidad

La devaluación había sido prevista por los analistas en los últimos meses, aunque los expertos no estaban seguros sobre si el gobierno actuaría ante la situación de incertidumbre y poca claridad del panorama político que impera en el país debido a las complicaciones de salud que enfrenta el presidente Hugo Chávez, quien permanece en La Habana desde hace dos meses tras ser sometido a una cuarta operación por la reincidencia del cáncer.

Las autoridades dijeron que la decisión fue autorizada por Chávez desde Cuba.

Publicidad

En Venezuela rige un control de cambio desde el 2003, creado para detener una elevada fuga de capitales, precipitada por una crisis económica tras una huelga petrolera que intentaba sacar a Chávez del poder.

La medida favorecerá las finanzas de PDVSA, principal fuente de divisas del país, al multiplicar la cantidad de bolívares que recibe por cada dólar que debe vender al Banco Central de Venezuela.

No obstante, pondrá presión sobre la inflación, pues encarece las importaciones en una economía en la que la mayoría de insumos y bienes se compra al exterior.