AFP-EFE
CARACAS.- El partido gobernante de Venezuela, el PSUV, hizo un llamado ayer a tomar Caracas el próximo 23 de enero, el mismo día en que los diputados opositores convocaron a una manifestación contra la continuidad del gobierno en funciones, mientras el presidente Hugo Chávez sigue hospitalizado en Cuba desde el 11 de diciembre.

“El 23 de enero las fuerzas de la revolución van a la calle, vamos a tomar Caracas por los cuatro puntos cardinales de la ciudad”, anunció el jefe de campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jorge Rodríguez.

Aseguró que la marcha, que finalizará con “una gran manifestación” en el barrio caraqueño 23 de Enero, tiene como fin representar “la expresión de las fuerzas de la democracia verdadera que defiende el pueblo de Venezuela”.

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“Queremos dirigirnos especialmente al pueblo de Venezuela, y convocar al país entero a que este 23 de enero demos una demostración masiva de fuerza en las calles de Venezuela”, anunció la diputada Míriam Montilla al leer un comunicado del grupo parlamentario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la variopinta coalición opositora.

Los diputados rechazaron el aval que dio el Tribunal Supremo de Justicia a que el gobierno continuara en funciones más allá del pasado 10 de enero, cuando Chávez, por motivos de salud, no pudo tomar posesión como estaba previsto.

En tanto, ayer los dirigentes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) aseguraron que el alto mando político del país se encuentra en Cuba recibiendo instrucciones del presidente Chávez.

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“Se encuentra el presidente consciente, en compañía de sus familiares y del alto mando político que se encuentra allá (en Cuba) recibiendo instrucciones de su comandante en jefe”, aseguró Rodríguez, durante una conferencia de prensa.

Mientras, ayer el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, agradeció al líder cubano Fidel Castro y a su hermano, el presidente Raúl Castro, las “esmeradas atenciones” brindadas al presidente Hugo Chávez, convaleciente en La Habana de su cuarta cirugía de cáncer, dijo ayer un comunicado oficial publicado en el diario Granma.

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“Durante los encuentros ( con el mando político venezolano y los hermanos Castro) se analizaron los exitosos resultados de la Reunión Extraordinaria de Ministros de Relaciones Exteriores de Petrocaribe-ALBA, recientemente realizada en Caracas, y las perspectivas promisorias de estos solidarios esquemas de integración”, añadió Granma.

En tanto, Estados Unidos y otros países latinoamericanos desean que “la situación se aclare” en Venezuela, dijo ayer la subsecretaria adjunta de Estado de EE.UU. para América Latina, Roberta S. Jacobson.

Al ser preguntada sobre la incertidumbre reinante en Venezuela a raíz de la enfermedad de Chávez, Jacobson dijo que “es un periodo difícil para los venezolanos” y recordó que el gobierno estadounidense ha expresado en varias oportunidades su esperanza en “una recuperación” del gobernante.

La funcionaria estadounidense dijo que ha mantenido contactos con muchos de sus colegas latinoamericanos en las últimas semanas para hablar sobre la situación en Venezuela. “Todos nosotros queremos que la situación se aclare en Venezuela”, dijo, al añadir que si la Constitución del país determina que se necesitan “nuevas elecciones”, espera que esas elecciones sean “abiertas a todos”.

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Mientras, los venezolanos residentes en Miami (Florida) reclaman un certificado de fe de vida que acredite que el presidente Hugo Chávez está vivo, al tiempo que llaman a desconocer el “régimen de facto” instaurado en ese país suramericano. Organizaciones del exilio y activistas venezolanos divulgaron ayer un manifiesto en el que exigen “todos los esfuerzos pertinentes” para obtener una “fe de vida” de Chávez, quien hasta la fecha, dicen, “no se sabe si está vivo o muerto”.