La Conferencia Episcopal Ecuatoriana acaba de hacer un llamado a la ciudadanía para que considere críticamente las propuestas de los partidos y movimientos que participan en la lid electoral, considera que se trata de una confrontación democrática que exige sumo respeto a todas las personas y que debe centrarse en la discusión acerca de los proyectos de país que se propongan y no en las descalificaciones personales. Destaca que no le corresponde expresar preferencias políticas, pero que es misión de los laicos el accionar político y trabajar por los derechos humanos y la democracia.

En tanto que la Oficina Periodística Evangélica del Ecuador aclaró que la Iglesia evangélica no participa en ningún proceso electoral porque su estructura eclesial no lo permite y que las candidaturas de personas que profesan esa religión son decisiones personales, que nadie puede impedir porque la participación política está garantizada por la Constitución.

Es saludable que se aclare que las iglesias, como tales, están fuera de la contienda política, pero que sus fieles que como ciudadanos quieren participar tienen derecho a hacerlo. Sería bueno que los candidatos, cualquiera que sea su religión, no hicieran uso de ella en sus campañas por respeto a su propia creencia y a las de los demás.