Su vida estuvo ligada desde su niñez a las letras. Primero se hizo lector. Luego, en la universidad, se vinculó con la escritura. Poco tiempo después incursionó en el periodismo y en la historia del país. Es Carlos Calderón Chico, quien falleció la madrugada de ayer, a la edad de 59 años, en el hospital Guayaquil Abel Gilbert Pontón, a causa de un coma diabético.

Gente vinculada al ámbito cultural del país, como escritores, artistas plásticos, periodistas, investigadores, cineastas, críticos de arte, se ha manifestado, a través de las redes sociales, como Facebook o Twitter, sobre este acontecimiento, que enluta a la cultura ecuatoriana. El escritor e investigador estadounidense Michael Handelsman escribió: “¡Qué tristeza! ¿Ha habido una persona más dedicada a la difusión de la cultura ecuatoriana que el querido Carlos? Un hombre generoso con sus libros, con sus conocimientos, con su pasión por Ecuador. El vacío que deja es grande”.

Asimismo, el escritor guayaquileño Luis Carlos Mussó posteó: “La fuerza que mantenía para impulsar las letras del país era impresionante. RIP”. Mientras la escritora quiteña Gabriela Alemán indicó: “Qué inmensa pena, tan generoso para compartir su conocimiento”. Por su parte, el realizador guayaquileño Federico Koelle afirmó: “Era de una mentalidad lúcida y tenaz! Es una verdadera lástima su pérdida!”.

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La Casa de la Cultura, núcleo del Guayas (CCG), señaló en su portal en Facebook: “Carlos Calderón Chico se despide en cuerpo, pero permanecerá en las mentes y corazones de todos los que lo conocimos”.

Calderón Chico se inició en la lectura a los 9 años a través de su padre, Carlos Calderón Moncayo. Y poco a poco fue fortaleciéndose su acercamiento a los libros, incluso, algunos complejos para su edad. Luego de culminar su bachillerato decidió estudiar Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guayaquil. De un encuentro de escritores en Cali, Colombia, trajo la idea de editar en la universidad una revista literaria, que se llamó Puño y Letra y de la que circularon dos números.

Escribió artículos en medios impresos como Expreso y El Telégrafo. Ejerció una intensa actividad como maestro en diversas entidades educativas, entre ellas, Academia Speedwriting, Colegio Particular Naciones Unidas, Universidad de Babahoyo, Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y Universidad de Guayaquil.

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Fue editor de suplementos y revistas literarias en diarios y universidades nacionales. Publicó antologías literarias y también diversos libros de entrevistas a escritores, pensadores, artistas y políticos.

Algunos de sus textos son Jorge Enrique Adoum, entrevista en dos tiempos; No me importa el juicio de la historia (conversaciones con Carlos Julio Arosemena), Tres maestros se cuentan a sí mismos y Conversaciones con Alfredo Pareja Diezcanseco. Además, intervino en el prólogo y notas introductorias de algunos textos y fue el editor del volumen Guayaquil en la historia. Una visión crítica 1820-2009.

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Calderón Chico, quien fue miembro de la Academia Nacional de Historia y la Sociedad Ecuatoriana de Escritores, posee una vasta biblioteca, integrada por más de 22.000 textos. El historiador Rodolfo Pérez Pimentel incluyó una biografía del escritor, periodista e historiador en su Diccionario biográfico del Ecuador. En ese texto indica: “Tanto amor por las letras lo ha convertido en bibliómano y bibliógrafo”.

Asimismo refiere: “De ideales elevados, milita en la izquierda sin estar afiliado a partido político alguno. Aunque por dos ocasiones ha estado detenido durante su vida estudiantil, siendo la primera en 1969 cuando fue brutalmente golpeado y la segunda en 1976”.

Estuvo casado con Ángela Salazar Guevara, con quien procreó a Carlos Alberto, Jorge Enrique y Ángelo Iván. Tuvo tres nietos: Karla Marlene, Jorge Andrés y Linda Doménica.

El Ministerio de Cultura emitió un comunicado en su página web en el que expresó sus condolencias por el deceso de Calderón Chico e hizo una breve semblanza de su trayectoria. Uno de los grandes amigos del escritor e historiador fue el fallecido autor ecuatoriano Jorge Enrique Adoum, quien le decía Carlos Calderón Grande.

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El escritor Fernando Naranjo, director Provincial de Cultura del Guayas, conocía desde hace 40 años a Calderón Chico, en la época colegial. “Tenía un gran sentido del humor y cuando nos veíamos nos reíamos mucho, esa será la faceta más entrañable por la que lo recordaré. Por él yo escribo, porque me alentó a hacerlo”, asegura. Los restos del historiador son velados hasta hoy al mediodía en el camposanto Parque de la Paz. Antes se oficia una misa y luego su cuerpo será cremado.

“Fue un apasionado investigador y lector de historia y literatura, pero, sobre todo, uno de los más importantes activistas culturales de este país”.
ÁNGEL EMILIO HIDALGO,
HISTORIADOR Y ESCRITOR

“Un gran bibliógrafo y bibliófilo, aunque no le gustaban esos términos. Fue un hombre de gran trayectoria”.
EZIO GARAY,
HISTORIADOR

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