QUITO.- El gobierno de Rafael Correa, desde el 2007 al 2012 destinó más de $ 6.000 millones para gasto militar, según datos del Ministerio de Defensa, y Ecuador pasó a ser uno de los países de la región que mayor porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) comprometió para las Fuerzas Armadas.

En el 2008, tras el bombardeo de Colombia a Angostura (en Sucumbíos), el régimen implementó un plan para la recuperación de la capacidad operativa militar y aceleró la equiparación salarial de los uniformados, que demandaron el incremento del presupuesto estatal para el sector de la defensa.

En febrero del 2012, el entonces ministro de Defensa, Javier Ponce, remitió al Consejo Suramericano de Defensa de la Unasur, un informe con la medición estandarizada de gastos en defensa en donde señala que el país destinó ese año el 2,4% del PIB para el gasto militar.

Publicidad

De la composición del gasto, según el hoy ministro de Agricultura, el 84% corresponde a gasto corriente, fundamentalmente para salarios y remuneraciones, y el 16% restante para inversión.

En el gasto corriente el rubro de remuneraciones absorbe más del 80% del presupuesto porque, según el Gobierno, dio prioridad al bienestar de los soldados y oficiales mejorando sus salarios en más del 55% entre el 2006 y el 2011.

El porcentaje para inversión, según informe del Ministerio de Defensa, se destinó para adquisiciones en equipamiento no bélico, es decir para mejorar las condiciones de operación en riesgos, rescate, emergencias a la población civil.

Publicidad

En el 2011 el 53% de las adquisiciones fue para infraestructura de transporte aéreo, terrestre, naval y de comunicaciones. Y el 47% a obras de infraestructura física y mejoramiento de las condiciones de vida, salud y seguridad de los soldados.

Para el 2012, el presupuesto aprobado para las FF.AA. fue de $ 1.600 millones, de ellos más de $ 150 millones para el pago de inversiones de arrastre de años anteriores, especialmente de los compromisos adquiridos por la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) para la renovación de su flota de combate.

Publicidad

La FAE modernizó su obsoleta flota supersónica y subsónica. Adquirió 18 aviones Súper Tucano a Embraer de Brasil (por más de $ 200 millones), 12 aviones Cheetah a Sudáfrica ($ 78 millones), 2 sistemas radáricos a la china CETC ($ 60 millones), 7 helicópteros Dhruv a Hindustan Aeronautics Limited de la India ($ 51 millones), entre otros.

Este año el Ministerio firmó tres contratos de inversión bajo régimen especial para recuperar el transporte militar.

El 28 de septiembre firmó con el Departamento de Defensa de EE.UU. un contrato para adquirir 100 vehículos tácticos Hummer para el Ejército por $ 11 millones. Y otro el 8 de noviembre para siete vehículos para la Marina por $ 771.000.

El 25 de febrero lo hizo con Astinave para comprar dos lanchas guardacostas para la Armada por $ 16,5 millones.

Publicidad

Este Diario solicitó a la ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa, la información de la inversión militar ejecutada en el 2012, pero hasta el cierre de esta edición los datos no fueron proporcionados.

El pasado 22 de noviembre el jefe del Comando Conjunto, Leonardo Barreiro, durante una ceremonia de despedida al ministro de Defensa, Miguel Carvajal (renunció para postularse a la Asamblea por AP), resaltó el apoyo del Gobierno. Aunque dijo que están pendientes “aspectos fundamentales” como equipamiento de unidades militares, guarniciones, fortalecimiento de la seguridad social y sistema de salud militar.

Apoyo: Discurso
Ofertas
En su primer discurso como ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa dijo que una de las primeras preocupaciones del régimen ha sido la de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los uniformados, y que continuará trabajando por el bienestar de los militares a través de la seguridad social, de vivienda fiscal, de cocinas y dormitorios dignos en los destacamentos militares y de una alimentación de calidad.

Pedido
En ese marco llamó a las FF.AA. a defender el proyecto político del Gobierno ante eventuales conspiraciones. “Ustedes están llamados a defender y evitar cualquier intento que ponga en riesgo esta democracia que se construye desde los intereses y el bienestar de las grandes mayorías, de nuestro pueblo antes silenciado, antes excluido”.