Caminó bastante. Llegó a su casa y durmió 24 horas seguidas. Así su cuerpo extenuado se recuperó de las largas jornadas de lucha. De decisiones. Nela Martínez, por entonces una treintañera, acababa de participar en los acontecimientos de mayo de 1944, una revuelta popular que la historia nacional recoge como La Gloriosa y que terminó con el derrocamiento del presidente Carlos Alberto Arroyo del Río, a quien, entre otros aspectos, se le cuestionaba el carácter oligárquico y represor de su gobierno y ceder, además, territorios ecuatorianos.