En la práctica deportiva amateur o profesional se dan muchas infracciones o faltas que son resultado de la animosidad y el impulso natural del ejercicio deportivo, la emoción dentro de la cancha, el conocido foul (faol). Estas infracciones son sancionadas por el árbitro con penas que afectan el resultado del juego.

Pero hay acciones que se cometen dentro del área de juego, durante el juego, con el uniforme puesto, delante de los espectadores, que son extradeportivas; que siendo consecuencia inmediata del juego no tienen nada que ver con este, psicológica, moral y legalmente. Cuando un jugador comete una acción o agresión desleal contraria a la práctica normal del deporte, como un puntapié o trompón arteros por la espalda después de la jugada, o más que eso; estamos frente a un delito común y la policía debe actuar inmediatamente y algún fiscal iniciar un enjuiciamiento penal y no quedarse impávidos. La policía debe saber que la cancha de juego no está vedada a su control y tampoco al de los fiscales.

César Vaca Sánchez,
abogado, Guayaquil