Patricia Villarruel
MADRID.- En España, 5,7 millones de personas están desempleadas, pero a Mariano Rajoy, su presidente de gobierno, la situación no le roba el sueño. “De momento, duermo bien”, comenta. Su jornada comienza siempre con una rutina de ejercicio, “pase lo que pase”. Desayuna con su esposa y sus dos hijos y a las 08:20 empieza a trabajar. Esta entrevista con los corresponsales de los principales medios latinoamericanos, entre ellos EL UNIVERSO, comienza una hora después, en el edificio donde se celebran las reuniones de Consejo de Ministros, en el Palacio de la Moncloa. Rajoy luce más delgado. El rictus, sosegado. A lo largo del encuentro ejerce de buen gallego, juega al despiste. Y lanza una advertencia: “No busquen titulares”. Toda una declaración de intenciones.

Con una palabra, ¿cómo evaluaría su primer año al frente del gobierno de España?
Durísimo.

¿Cuál es su diagnóstico de la situación del país?
Vivimos momentos de dificultad. Más de 5 millones de españoles quieren trabajar y no pueden. Las empresas tienen problemas porque no hay crédito y así es difícil que haya inversión y que por tanto se pueda generar empleo. A lo largo de este año hemos actuado sobre las causas de la crisis: un déficit público muy elevado, una gran deuda externa, problemas de competitividad y un sector bancario que necesitaba ser saneado. Estamos haciendo un gran esfuerzo para reducir el déficit. Somos conscientes de los sacrificios de la gente, pero también de que es absolutamente imprescindible para sentar las bases de la recuperación económica.

Ve el final de la crisis...
Creemos que España, en el 2014, va a tener crecimiento económico y el 2013 va a ser mejor que el 2012. El déficit público se está reduciendo, la reforma laboral empieza a producir efectos y hay una mejora de las exportaciones.

Las previsiones que se hacen son más desalentadoras...
Las previsiones son previsiones. Hay datos que nos aconsejan no ser optimistas porque no tiene ningún sentido ser optimistas, pero sí podemos decir que las cosas van a ir mejor el año que viene y que los efectos de las decisiones que estamos adoptando se van a notar. En el 2013 esperamos un crecimiento de -0,5% y que el paro aumente mucho menos que este año. La propia Comisión Europea en sus previsiones dice que en el 2014 España crecerá un 0,8. Espero que podamos crecer más. Y con ese crecimiento crearemos empleo.

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España vuelve a paralizarse por una huelga general, la segunda durante su gobierno. ¿Qué le diría a la gente que hoy ha decidido salir a las calles?
Entiendo el malestar, no vivo de espaldas a la realidad. Este gobierno ha tenido que tomar decisiones muy difíciles como subir los impuestos, aunque no quería hacerlo. Cuando la situación mejore, volveré a bajarlos. Hacemos esta política económica porque creemos que es lo que se necesita en este momento. No tenemos otra alternativa. Hay gente que no lo entiende y lo respeto, pero hay ciudadanos que lo comprenden.

¿A usted también le dan ganas de llorar, como al rey?
No sé en qué contexto se dijo eso. Las cosas no están yendo bien en este momento y no lo vamos a negar.

¿Será Alemania capaz de dejar caer al euro?
Eso ni se me pasa por la imaginación.

¿Qué siente cuando le informan que hay ciudadanos que se suicidan porque están perdiendo sus viviendas?
Una enorme tristeza, una gran preocupación y una gran desazón. En su día adoptamos un código de buenas prácticas firmado, por primera vez en la historia, por todas las entidades financieras. Ha producido algunos efectos, no son suficientes y esperamos con el Partido Socialista (la principal bancada de la oposición) presentar un paquete de medidas para que esta situación y estos hechos tan terribles, dramáticos y duros no se repitan.

¿Qué medidas son estas?
No vamos a aprobar una Ley Hipotecaria. De lo que se trata es de que aquellas familias que están en situación de exclusión social sean protegidas, que las entidades financieras hagan un esfuerzo mayor para renovar los créditos y, en cualquier caso, en situaciones imposibles que la solución no sea que la gente tenga que abandonar su casa. No se trata tanto de hacer modificaciones legales, sino de tomar decisiones que las entidades financieras las asuman.

Miles de familias ya han perdido sus casas y mantienen deudas impagables. ¿Podrían ser estas medidas retroactivas?
Eso exige una modificación de la ley hipotecaria, pero no estoy en condiciones de decir si vamos a adoptar esa decisión en este momento.

Da la sensación de que se ayuda a los bancos y no a la gente...
Hemos nacionalizado tres instituciones financieras. Más que ayudarlas las hemos hecho del Estado. De lo que se trata es de que todo el mundo tenga seguros sus depósitos, que los acreedores de los bancos puedan cobrar y que los accionistas no se vean perjudicados. Lo más importante y urgente es que los bancos, que son a la economía lo que el sistema circulatorio al cuerpo humano, comiencen a dar crédito para que la economía empiece a crecer. En el 2008, en plena crisis financiera en la UE, los países inyectaron en las entidades financieras un billón 500 mil millones de euros. En España no se quiso hacer, pero hay que hacerlo ahora.

¿De verdad no cree que debe modificarse la ley hipotecaria?
De lo que se trata es de ser eficaz. No se fije usted tanto en el instrumento como en el resultado. Si hay que cambiar la ley hipotecaria se cambia, pero el gobierno busca la eficacia.

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¿No teme que la tensión social derive en un aumento de brotes xenófobos?
España tiene un colchón social muy grande: un sistema sanitario que ya lo quisieran la mayoría de países del mundo, un sistema educativo de primera categoría, un sistema público de pensiones con pensiones contributivas y no contributivas, ayudas sociales que dan las Comunidades Autónomas y un seguro de desempleo muy grande. En este momento el gasto social representa el 63% del presupuesto del Estado.

¿Hay que esperar, entonces, más recortes para sostener ese gasto social?
Dentro de lo que está haciendo el gobierno, lo que nadie le puede negar es que no haya intentado repartir la carga de la crisis y no haya actuado de manera equitativa. Hemos intentado no reducir ni el seguro de desempleo ni las pensiones.

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¿Cómo ve el futuro de España tomando en cuenta que es uno de los países con la población más envejecida y que cada día los que se van son los más jóvenes?
Veo un futuro bueno, una vez que las reformas empiecen a producir sus efectos. España es un gran país, tiene invertido el equivalente al 46% de su PIB fuera de España.

El talento humano se va...
Volverán. Se está yendo alguna gente, pero han venido 6 millones de personas.

Los inmigrantes también estamos haciendo las maletas para irnos...
Este es un momento de dificultad. Tomamos decisiones para superar las dificultades.

¿Qué va a hacer ante una hipotética independencia de Cataluña?
No hay que adelantar acontecimientos. Estoy convencido de que las cosas volverán a su cauce y se impondrá el sentido común. El mundo no va por ahí, se construye sobre la base de quitar fronteras, no de ponerlas.

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En Cádiz se reunirá por tercera ocasión con Rafael Correa. ¿Qué temas le interesa abordar con su homólogo?
En marzo tuvimos una conversación franca, sincera y cómoda. Me planteó el tema de los desahucios y el de la tarjeta sanitaria (en referencia a la retirada del documento a los inmigrantes sin papeles). Sobre lo primero le expliqué que es un asunto que se ha producido por la crisis económica y que afecta no solo a los ecuatorianos sino a todos, hemos tomado algunas decisiones, no han sido suficientes y tomaremos otras.

¿Van a conseguir cerrar un acuerdo bilateral para garantizar la atención sanitaria?
Estamos hablando, pero no está cerrado. No me parece que sean muchos los ecuatorianos afectados, muchos se han nacionalizado y la mayoría está en situación regular. Lo único que hemos hecho es adecuar nuestra legislación a la del resto de países del mundo.

¿Le pedirá a Correa que haya una mayor apertura del mercado laboral ecuatoriano para los españoles interesados en emigrar a ese país?
Sí, claro. Queremos que los españoles se puedan ganar la vida y bien. Nosotros hemos acogido y seguimos acogiendo a mucha gente, y nos gustaría que hubiera reciprocidad también.

¿No ve riesgos de seguridad jurídica para las empresas españolas en Ecuador?
Creo que las cosas van bien y las empresas me dicen que van bien. Hay problemas y dificultades en todas partes. En este momento estoy contento.

Ecuador vuelve a las urnas en febrero. ¿Qué valoración le merece la candidatura de Guillermo Lasso que ha sido apadrinado por el expresidente José María Aznar?
¿Que quién quiere que gane? Lo que digan los ciudadanos ecuatorianos.

¿Por vez primera España necesita más a América Latina?
No. A lo largo de la historia ha habido un constante flujo de personas, hubo momentos en que la situación económica fue mejor ahí, otras que fue mejor aquí. Hay que afrontar los problemas juntos, ayudándonos, colaborando y trabajando.

¿No es momento de que España restrinja menos la entrada a los ciudadanos latinoamericanos?
No creo que sea tan difícil venir a España. Buena prueba de eso es que en los últimos años, España ha sido el país de la UE que ha recibido más gente de afuera y en el caso de Iberoamérica con una diferencia abismal. No veo que haya más dificultades, solo unas normas que hay que cumplir.