Cerca de un garaje con un letrero con la frase ‘Capacidad completa, favor no insista’, más de cinco carros se hallaban estacionados junto a señales que prohíben que lo hagan en ese lugar; otros diez están parqueados en doble columna porque el área permitida para hacerlo estaba copada. A unos metros, unos conos plásticos en toda la cuadra impedían estacionarse.

Este escenario ocurre en la manzana de las calles Pichincha, P. Ycaza, Malecón y Víctor Manuel Rendón, al mediodía del pasado miércoles, y evidencia el déficit de parqueos que hay en el casco comercial de Guayaquil, pues situaciones similares (ubicar vehículos en áreas prohibidas porque aquellas donde sí se permite dejarlos están ocupadas) se repiten en las calles de este sector.

Según conductores consultados en ese lugar, conseguir un estacionamiento durante las horas de oficina (desde las 09:00 hasta las 17:30) en el casco comercial podría demorar media hora o más. “Vengo una vez a la semana y para conseguir un parqueo en un estacionamiento siempre me demoro de treinta a cuarenta minutos, todos ya están ocupados”, se lamenta Diego Torres, un abogado que retiraba su auto en el garaje Aaron Josseph, ubicado en Chile entre Luque y Aguirre.

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René Ortega, administrador del local de parqueos Agrisur, situado en Luque entre Pedro Carbo y Pichincha, expresa que de lunes a viernes a partir de las 09:00 en su local ya no hay espacio para ubicar vehículos. Paradójicamente, dice, la incorporación de entidades públicas de servicios que durante los últimos cinco años se han establecido en ese sector, como el Registro Civil, Corporación Financiera Nacional y el Biess, han afectado a los negocios de parqueos porque los automotores que logran estacionamientos por lo general son los de empleados de esas instituciones, los cuales llegan primero y dejan sus carros todo el día, por lo que el negocio no rota.

Cindy Cedeño, quien vende suscripciones para revistas, paga $ 75 al mes por el alquiler de un parqueo. Recuerda que antes perdía unos veinte minutos buscando estacionamiento y por lo general cancelaba $ 8 cada día ($ 160 al mes). Indica que la falta de parqueos afecta a sus clientes que no tienen dónde dejar sus carros, a ella y a la empresa donde labora porque estos podrían desistir de concretar la suscripción que ofrece.

Julio Zambrano, administrador del edificio de parqueos Central Park, en Pedro Carbo y 10 de Agosto, con capacidad para 454 vehículos, expresa que durante años ha solicitado a las autoridades la construcción de edificios para parqueos para el centro comercial de Guayaquil, porque el exceso de carros que permanecen estacionados en sus calles obstruye el libre flujo de los automotores.

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“Cuando haya más parqueos tendremos calles más limpias, con mayor orden”, comenta.

José Núñez, director de la Dirección de Urbanismo del Municipio, expresa que esta entidad no prevé crear edificios para estacionamientos, incluso ha prohibido que se construyan, como ocurrió con la solicitud que formuló el Registro Civil gubernamental, situado en Pichincha y 9 de Octubre, al Cabildo para que en un solar junto al edificio principal pueda crear otro de parqueos.

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Según Núñez, pese a que el parque automotor en Guayaquil es de unos 400 mil carros y que al año crece 60 mil, crear estacionamientos en zonas críticas es una solución momentánea que agravaría la congestión de automotores en esa zona.

“El Municipio podría convertir el edificio del Correo –cuya propiedad pertenece al Cabildo– en la mayor parte de su estructura en un gran parqueo para unos tres mil carros, pero esta opción con el tiempo traería más problemas porque en las horas pico habría congestión en el sector”, expresa.

Ante el déficit de parqueos, Núñez dice que el Cabildo impulsa opciones como las ciclo-rrutas, que ya están señalizadas en el Malecón Simón Bolívar, la ampliación de la Metrovía y en zonas que no tienen este problema crea áreas recreativas, de comercio y servicios, para reducir el flujo de personas hacia las zonas críticas, como el futuro complejo acuático cerca al Riocentro Sur.

Raúl González, experto en tránsito mexicano, cree necesario “desmotivar el uso del transporte privado, hay que irlo dejando, pero se deben crear lugares para dejar los carros”.

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En otras zonas
Áreas de estacionamiento para carros en calles de la ciudadela Urdesa, aledañas al Policentro, en la cdla. Kennedy o al edificio del Gobierno del Litoral, en la Kennedy Norte, son ocupadas por vehículos cuyos conductores acuden a entidades y negocios en esos lugares.

En Urdesa, en las calles Guayacanes, Ébanos, Circunvalación Sur, de doble circulación, automotores se parquean a ambos lados y en doble columna. “Los estacionan donde les da la gana, haciendo doble columna”, dice el taxista Juan Loor.

Textuales: Sobre los estacionamientos
Víctor Yépez
CUIDACARROS EN EL PARQUE SEMINARIO
“Tengo 25 años en mi trabajo, gano $ 8 al día... me ruegan para que les separe puestos, pero eso no lo puedo hacer”.

José Núñez
DIRECTOR MUNICIPAL DE URBANISMO
“(Al asumir el tránsito) el Municipio prevé el control tecnificado para, sin cobrar, administrar el espacio público”.