AGENCIAS-REDACCIÓN
WASHINGTON.- La floja actuación del presidente Barack Obama en el primer debate de la campaña presidencial con miras a la reelección, realizado el pasado miércoles con el republicano Mitt Romney, además de generar comentarios a favor o en contra, puso en el aire la posibilidad de que el demócrata no alcance un segundo mandato y la pregunta de qué pasaría si eso ocurre.

Según analistas, si Obama no gana la presidencia el 6 de noviembre, se arriesga a perder mucho. En juego estaría la ley sobre el cuidado de la salud (obliga a los empresarios a contratar un seguro médico antes del 2014 y prohíbe a los aseguradores rechazar a los enfermos), un logro en el que otros fracasaron.

Romney ha prometido que, si gana, revocará la reforma sanitaria “Obamacare”, como la llaman los críticos de manera despectiva y sus partidarios con devoción, que beneficiaría a 30 millones de ciudadanos (9 millones de hispanos), por considerarla muy costosa.

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Además, ha dicho que ofrecerá incentivos tributarios para la compra de seguro médico y reformará los programas públicos Medicare –para ancianos y jubilados– y Medicaid –para gente pobre y discapacitados–, aumentará la autonomía de los gobiernos estatales en el manejo de esos programas y de otros como los cupones de alimentos y de vivienda.

Si Obama no vuelve a la presidencia, con Romney se extenderán los recortes fiscales que el gobierno de George W. Bush (expiran a fin de año) logró que el Congreso aprobara en el 2001 y el 2003, que incluyen cortes a los impuestos sobre salarios e inversiones, así como recortes para matrimonios y familias con hijos, entre otros.

Los contribuyentes enfrentarían fuertes aumentos impositivos, indicó un estudio del Centro de Política Fiscal. Los economistas advierten que las inminentes alzas de impuestos, sumadas a $ 109.000 millones en reducción automática de costos que deben entrar en vigencia en enero, podrían sumir a la frágil economía en la recesión si Washington no actúa, algo que no podría hacer Obama si está fuera.

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“Los impuestos subirían en más de 500.000 millones de dólares en el 2013 –un promedio de casi 3.500 dólares por hogar– cuando expiren prácticamente todas las reducciones de costos implementadas desde el 2001”, señalan.

Acumulativamente, la nación treparía un 5% la tasa impositiva promedio, con un alza más de 7 puntos porcentuales para el 1% de mayor ingreso hasta el 4% para la mayoría de quienes ganan menos de $ 100.000 dólares anuales, es decir, se beneficiaría a los más ricos.

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La salida de Obama también supondría una política exterior más agresiva, en miras de salvaguardar los intereses del país. “La administración Obama ha caracterizado su política exterior con el lema ‘dirigir desde atrás’. Yo a eso lo llamo seguir. Es hora de que EE.UU. lidere, y volveremos a liderar de nuevo”, indicó en un acto en la academia militar de Valley Forge, en Wayne (Pensilvania), el candidato republicano al retomar los mítines tras el debate.

El lunes pasado, el diario The Wall Street Journal publicó una carta en la que Romney señala que Obama ha permitido que el liderazgo mundial del país “se atrofie” y que, en medio de la agitación social en Oriente Medio, EE.UU. esté “a merced de los sucesos, en vez de estar moldeándolos”.

En los últimos días, Romney también ha acusado al mandatario de no hacer lo suficiente por impedir los recortes automáticos al Pentágono a partir de enero próximo, aunque el presidente ha dicho que cuenta con un “plan equilibrado”, y que si gana evitará los recortes trabajando estrechamente con el Congreso en una medida de emergencia que prorrogue el nivel actual de gastos militares por seis meses, mientras busca reducciones en otros planes.

La postura exterior que tendría Romney también ha empezado a preocupar a la Unión Europea (UE), luego de que en el debate, Romney hablara de España como atribulada, con una economía mal administrada. “Nunca antes se había mencionado a España en un debate presidencial como un sinónimo de fracaso”, manifestó el periódico español El País, en su publicación del jueves pasado.

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En tanto, numerosos diplomáticos de la UE señalaron sin reparos que quieren que Obama sea reelecto. No es un secreto que varios países europeos que tengan gobiernos de centro-izquierda o centro-derecha están más alineados a los demócratas estadounidenses en temas de política social e impositiva, medio ambiente y asuntos extranjeros.

En lo que Romney también trabajaría sin temblarle la mano es en implementar medidas contra la inmigración. Durante las primarias republicanas, el rival de Obama dijo que vetaría toda legislación que suministrara un camino hacia la ciudadanía para algunos de los que se beneficiaron con la orden ejecutiva de Obama, que permite a los jóvenes que fueron traídos de manera ilegal a EE.UU. en su infancia evitar ser deportados y trabajar temporalmente.

A pesar de que a lo largo de la campaña ha cambiado su discurso al respecto para captar los votos hispanos, señalando “no voy a arrestar a la gente para deportarlos (...), pondría en vigencia un plan de reforma inmigratoria para solucionar este asunto”, hay temor por el futuro contenido de su propuesta.

El desempleo, que alcanza el 7,8% (era del 10% en el 2009) y que de darse la reelección de Obama lo ubicaría como el primer mandatario del país que repite mandato con ese tanto –algo que no ocurría desde los años de Franklin Roosevelt en plena Gran Depresión–, se perfila como otro de los puntos que tomarían un nuevo rumbo si gana Romney.

El aspirante republicano aseguró en una entrevista a la revista Time que reducirá la tasa de desempleo al 6% o menos al término de su mandato, con las políticas que instauraría. Aunque no ha dicho cómo lo hará, ni durante el debate con Obama, se cree que el modelo que usaría es la tercerización, que aplicó cuando dirigía la empresa de inversiones Bain Capital.

La posibilidad de que Obama no llegara otra vez a la Casa Blanca preocupa a los afroestadounidenses, que lograron una histórica representación tras el triunfo electoral del actual mandatario en el 2008 y que ahora temen ser relegados si Romney ganara.

Afroestadounidenses como Dorothea Jones, de 69 años, temen actitudes racistas por parte de los republicanos, y recordó con horror un incidente racial ocurrido en la Convención Nacional Republicana en septiembre pasado en Tampa, Florida (sureste), donde dos asistentes republicanas lanzaron maníes sobre una camarógrafa de color de la CNN y luego señalaron: “Así es como alimentamos a los animales”.

Ella recuerda que la Convención fue un manto de blancura asombrosa, mientras datos de encuestadoras señalan que entre el 90% y 100% de los negros prefieren a Obama.

Romney tras el debate ha vuelto con más ánimo a los mítines, mientras que Obama intenta recuperarse del bajón sufrido en el cara a cara. A ambos aún les quedan dos debates pendientes (16 y 22 de octubre), en los que pueden darse sorpresas. Hasta tanto, el próximo jueves se realizará el único debate de los candidatos a la vicepresidencia –el actual vicepresidente Joe Biden y el compañero de fórmula de Romney, el legislador Paul Ryan.