Se cumple el primer centenario del nacimiento en Riobamba, el 22 de septiembre de 1912, del dramaturgo, relatista, estudioso y crítico del arte ecuatoriano, novelista, historiador y médico Ricardo Descalzi del Castillo, quien se convirtió en alto exponente de la literatura patria por la versación que imprimió a su obra que logró difusión continental y aparece en numerosas antologías ecuatorianas y del exterior.
Durante gran parte de su vida el personaje armonizó la creación literaria con el ejercicio de la medicina; había realizado sus estudios de diferentes niveles en su tierra natal, Guayaquil, y Quito, ciudad esta última en la que fundó la revista Surcos, en compañía de sus condiscípulos del colegio Mejía. En la Universidad Central estrenó su obra de teatro Los caminos blancos.
Luego de graduarse a los 28 años siguió la especialización de Cancerología, en Bogotá. En 1959 editó el libro de relatos Los murmullos de Dios y en lo sucesivo escribió Clamor de sombras, Saloya, Historia crítica del teatro ecuatoriano; La Real Audiencia de Quito, claustro de los Andes; Historia del Quito colonia, La historia de la Biblioteca Nacional, El huasipungo de Andrés Chiliquinga (teatro).
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Además, a través de la televisión nacional, difundió acertadas apreciaciones y juicios sobre las bellas artes y artistas autores del país. Brindó conferencias y presidió el Instituto Cultural Ecuatoriano-Israelí.
Recibió premios de la Universidad Central, del Municipio de Quito y del Instituto Hiliar de Guayaquil. Perteneció al Consejo Nacional de Cultura, Academia Nacional de Historia y otras instituciones culturales que agradecieron su aporte. En cambio, como profesional de la medicina estableció el Instituto de Cancerología del Ecuador. Descalzi del Castillo murió en Quito en noviembre de 1990.