La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció este sábado un plan para mejorar las condiciones de las hacinadas cárceles de El Salvador, en apoyo a una tregua entre pandillas que se han comprometido a entregar en septiembre 3.000 armas para ser destruidas.

"La OEA se propone implementar un plan de acción que incluye acciones inmediatas que contribuyan a mejorar las condiciones de reclusión en las cárceles salvadoreñas", declaró en rueda de prensa el secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Adam Blackwell, de visita en San Salvador.

Para brindar apoyo al proceso de distensión, la OEA creó la llamada Fundación Humanitaria, en la que además de Blackwell figuran empresarios, intelectuales y otros miembros de la comunidad salvadoreña.

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Uno de los integrantes de esa Fundación, el ex ministro de Agricultura y empresario Antonio Cabrales, aseguró que el sector privado se ha "concientizado" del problema carcelario.

Cabrales reconoció que la fundación de ayuda a los penales debió haberse creado "hace 50 años", con lo cual se hubiesen evitado muchos de los problemas actuales, pero el desafío en el presente es "no seguir llenando las cárceles" y eso solo se podrá lograr con programas de "prevención" para los jóvenes, señaló.

El plan promovido por la OEA es un apoyo a la tregua vigente desde el 9 de marzo entre las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, la cual se logró con la mediación del vicario castrense Fabio Colindres y el ex comandante guerrillero Raúl Mijanjo.

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La consecuencia más notable de la tregua ha sido una reducción del número de homicidios en El Salvador, que pasaron de 14 asesinatos diarios en marzo a 5,5 en la actualidad, según estimaciones de las autoridades policiales con las que el país dejó de figurar como la segunda nación más violenta del mundo.

El coordinador de informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), William Pleitez, declaró que El Salvador registraba hasta antes de marzo un promedio de 60 homicidios por cada 100.000 habitantes, pero con la tregua se redujo a 26,5 homicidios, cifra muy por debajo de la media en el continente que es 30.

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Los pandilleros entregaron en julio al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, un pliego de peticiones y un lote "simbólico" de cerca de un centenar de armas para ser destruidas, con la promesa de aumentar esa cifra.

Este sábado, Blackwell adelantó que regresará al país el 24 y 25 de septiembre para "hacer una destrucción mucho más importante: 3.000 armas".

El ente hemisférico se compromete además a trabajar en una iniciativa de "mediano y largo plazo" que contenga programas de prevención de la violencia, "fortalecimiento" del sistema judicial y "descongestión".

También la OEA "promovera" planes de "atención" a las víctimas de la violencia y otras iniciativas de "reinserción de los criminales".

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Blackwell comentó que en los últimos días, la OEA, por intermedio de su afiliada, la fundación Trust for the Americas, gestionó en forma "satisfactoria" el apoyo del sector privado y de universidades para las diferentes iniciativas.

Los empresarios ya se comprometieron a impulsar una campaña de recolección de avituallamientos para las cárceles.

El ente hemisférico dejó claro que seguirá "monitoreando" los compromisos asumidos por las pandillas y realizando "acciones de verificación" en la entrega de armas .

"La OEA es enfática en expresar que el proceso no busca legitimar la acción de grupos criminales ni otorgar amnistía o reconocimiento político a los mismos, sino principalmente, mejorar las condiciones carcelarias y buscar alternativas que lleven al fin de la violencia generada por las pandillas, dentro y fuera de las cárceles", sostuvo Blackwell.

Según estimaciones oficiales, en El Salvador existen unos 10.000 pandilleros en prisión y otros 50.000 permanecen libres.