El centro ambulatorio del IESS en Nueva Loja funciona en un edificio arrendado de cuatro plantas sin ascensor. Según una inspección de la Defensoría del Pueblo de Sucumbíos, realizada en marzo pasado, el local ubicado al noreste de la ciudad “no es funcional para atender a pacientes en condiciones normales, peor aún a mujeres embarazadas y personas con discapacidad”.

Las autoridades de ese centro eran las encargadas, hasta abril pasado, de aprobar las transferencias de pacientes a la Clínica González o al hospital público Marco Vinicio Iza.

La clínica está catalogada como de primer nivel, el más básico. Hasta el año pasado contaba con 18 camas solamente y ahora con 40. Mientras que el hospital, como de segundo nivel, con algunos servicios de tercer nivel, es decir, más completo, y tiene 47 camas.

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Sin embargo, la diferencia de pagos del IESS a esas casas de salud es grande. Entre el 2007 y el 2011, la Clínica González recibió $ 2,2 millones del Seguro Social; el hospital público, en cambio, $ 109 mil, el 4,95%.

Varios médicos del Centro Ambulatorio del IESS -incluidos dos exdirectores- han trabajado al mismo tiempo para la Clínica González.

El aumento de pagos a la casa de salud particular se dio mayoritariamente en la gestión de Nelly Andrango como directora de ese Centro, desde abril del 2010 a marzo del 2012. Antes de ser designada en ese cargo, ella laboró en la Clínica González como médico familiar. Luego de su nombramiento siguió brindando sus servicios a la clínica en su tiempo libre.

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En una entrevista con este Diario, cuando aún estaba al frente del Centro, indicó que las transferencias se daban en su mayoría a la Clínica González por pedido de los mismos pacientes.

En el último año, al menos seis médicos han compartido sus servicios entre el Centro Ambulatorio y esa clínica. Entre ellos, Nelson Prado Montenegro, quien dirigió el Centro Ambulatorio desde 1992 hasta junio del 2006; hoy es el subdirector. Él dice que primero trabajó para la Clínica González y que luego ingresó al IESS a través de un concurso. Su esposa es Sandra Sánchez, administradora de esa clínica privada.

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Ella coincide con Andrango. Dice que el hospital público recibe menos dinero del IESS porque los pacientes prefieren a la Clínica González.

El director del hospital Marco Vinicio Iza, John Cevallos, no tiene explicación para la diferencia de pagos.

A inicios de este año, el Gobierno retomó la construcción de otra casa de salud en Lago Agrio. Aún no hay fecha para la inauguración de la obra.