QUERO, Tungurahua.- El cantón Quero es uno de los principales afectados por la actual reactivación del volcán Tungurahua. A tal punto que la madrugada de ayer se produjo una de las caídas más intensas de ceniza, según agricultores y autoridades cantonales. Por eso, estas últimas decidirán hoy, en la sesión del Cabildo, la declaratoria de emergencia en su jurisdicción.

Según una evaluación preliminar por parte del Municipio, alrededor de 5.000 hectáreas de pastos y cultivos se han visto afectadas en 30 comunidades, especialmente de la parte alta.

Los efectos son evidentes porque este cantón está ubicado al occidente del volcán, que en esta nueva reactivación, de los 13 años que lleva en erupción, arroja ceniza, gases, rocas candentes y lava desde el pasado 15 de agosto. Por esta razón rige la alerta naranja en las provincias de Tungurahua, Chimborazo, Pastaza y Bolívar.

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El alcalde de Quero, Raúl Gavilanes, manifestó ayer que se realizan las últimas evaluaciones para sustentar la declaratoria de emergencia cantonal.

Argumentó que al menos son 2.000 las familias que han sufrido pérdidas por las afectaciones en las 5.000 hectáreas de cultivos y pastos. Por eso, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) se entrega alimento para el ganado, aunque aclaró que lo que llega es insuficiente.

En las comunidades de Quero, los campesinos tratan de retirar la ceniza que cayó sobre los cultivos, sobre todo de papa, cuyas matas están quemadas y poco es lo que se puede hacer. En este cantón, según informes del Magap, se concentra el 60% de las 6.200 hectáreas de cultivos y pastos perdidos.

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Al menos 1.000 hectáreas corresponden a sembríos de papa, por lo que –a decir de los agricultores– se pierde un promedio de 600 quintales por hectárea, que se dejarían de cosechar en los próximos tres meses.

Julio Salán, de la comunidad La Florida, en la parte alta de Quero, manifestó que estuvo a punto de cosechar el tubérculo, pero ahora teme perder todo por la caída del material volcánico desde la semana pasada. “Este momento era del engrose del producto, pero como las plantas se queman se quedará el fruto pequeño y el precio en el mercado no será el mismo”, refirió el labriego.

Con menos suerte corrió Cecilia Plascencia, en Hualcanga San Luis, porque la siembra de la papa la realizó apenas hace tres meses y ahora se encuentra toda la plantación bajo ceniza. Aspiraba a sacar entre 700 y 800 quintales, “pero diosito hizo que caiga la ceniza y ahora espero que no siga, para por lo menos obtener unos 100 y recuperar los costos”, dijo.