El canciller Ricardo Patiño anunció que el Ecuador concedía asilo diplomático a Julian Assange en su embajada en Londres y manifestó que había once razones para tomar tal decisión, entre ellas, que Assange es profesional de la comunicación galardonado internacionalmente por su lucha a favor de la libertad de expresión, la libertad de prensa y de los derechos humanos; que si bien Assange debe responder por la investigación abierta en Suecia, el Ecuador está consciente de que la Fiscalía sueca ha tenido una actitud contradictoria que le impidió el legítimo derecho a la defensa; que el Ecuador está convencido de que se han menoscabado los derechos procesales de Assange durante el proceso de investigación en Suecia; que el Ecuador ha constatado que Assange se encuentra sin la debida protección y auxilio que debía recibir por parte del Estado del cual es ciudadano.

Ahora resulta que el Ecuador es el guardián internacional de la libertad de expresión, este país en el que se ha perseguido y se persigue a periodistas, donde el presidente dedica toda una sección de su programa sabatino a menospreciar a la prensa, donde se incautan los equipos y computadoras de las revistas, donde se clausuran radios, donde se castiga a los medios que no están alineados con el gobierno cortándoles la publicidad oficial, donde se incautaron estaciones de televisión, radio y revistas dizque para venderlas y devolverles su dinero a los depositantes, y hoy se utilizan como caja de resonancia del gobierno, donde se interrumpen los programas de noticias y opinión para insertar espacios donde se ataca al mismo periodista y a sus propios medios.

Y qué decir del debido proceso, aquí, en este Ecuador de hoy, donde se le ha metido la mano a la justicia, donde todos los estamentos judiciales responden órdenes, donde ante las evidencias más contundentes ciertos fiscales no encuentran pruebas, donde las personas van a prisión porque no son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, sino culpables hasta que puedan demostrar su inocencia, donde el Estado no respeta, menos da protección y auxilio a sus ciudadanos.

Me pregunto cuál sería la posición del gobierno nacional si se hubieran intervenido los correos electrónicos de sus más importantes funcionarios, si se hubieran interceptado las conversaciones de las negociaciones políticas con la oposición y se hubieran publicado los acuerdos que hayan sido necesarios para captar votos. Qué creen que le hubiera sucedido a ese Assange criollo si hubiese sido descubierto. ¿No se lo habría acusado de traición a la patria? ¿Creen ustedes que se le hubiera seguido una acción judicial con un debido proceso? ¿Hubiera tenido alguna posibilidad de ser declarado inocente por algún tribunal de nuestras actuales cortes? Con suerte, con mucha suerte se habría asilado en alguna embajada para precautelar su seguridad.

Mi abuela tenía un dicho para señalar a aquellas personas que tenían un comportamiento doble, decía: “Son candil en la calle y oscuridad en la casa”, así se presenta nuestro gobierno, irrespeto a las libertades y procedimientos casa adentro y voceros de esos mismos derechos internacionalmente.