Hace gracia pensar cómo se habrán reído los creadores del supuesto “Zenón Moreno”, cuando el presidente, con toda ingenuidad, se refirió a ese nombre sin reparar que se trataba del personaje de un chiste al que le decían Teta negra.

Lo que no me hace gracia es que mientras pasan los días, más preocupado estoy por el asunto de las infracciones de tránsito por exceso de velocidad, no solo por la posibilidad de estar confinado por tres días en un lugar infrahumano más todo lo que conlleve como la posibilidad de que pierda alguno o varios de los bienes que en ese momento lleve conmigo, el problema que tendría con mi carro si no ando con otra persona que me lo pudiera tener y manejar, las actividades importantes que mi familia y yo dejaremos de hacer mientras dure mi encierro, etcétera; sino además, que la cantidad de dinero por pagar en multas es impredecible, pues hay calles y avenidas donde fácilmente se puede rebasar ese límite de velocidad.

Además, la avenida Juan Tanca Marengo, por poner un ejemplo, es de ocho o más carriles y debería ser considerada una vía rápida, ¡sin embargo, el límite de velocidad es de 50 kilómetros por hora; nadie va a esa velocidad en esa avenida! Otro ejemplo es la vía a la costa, desde Puerto Azul hasta el peaje en Chongón el límite de velocidad es de 70 o 75 kilómetros por hora, pero el mismo Ministerio de Transporte la ha convertido en una vía rápida con la adecuación de retornos, la ampliación de la vía en algunos trayectos, y con semáforo para peatones.

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Indigna que autoridades quieran exigir límites de velocidad que no se compadecen con la realidad, pero indigna más que el señor presidente tenga tiempo para invitar a pelear a “don Zenón Moreno”, y no tenga tiempo para pensar en lo que están haciendo sus funcionarios; quisiera que me regalara media hora de su tiempo para exponerle lo absurdo que son las medidas que están tomando respecto al tráfico, y sugerirle ideas de otras medidas que sí deberían tomar y no lo han hecho.

Con todo gusto lo invito a pelear, pero con ideas y argumentos para mejorar el tránsito en las calles de nuestras ciudades.

José Durán M.,
ingeniero en informática, Guayaquil