Los cigarrillos constan entre los productos que vende Julio Holguín en su despensa, ubicada en la esquina de Quisquís y Carchi. Él no imaginó que un cliente se arrepintiera de comprar el producto al ver que la cajetilla traía la foto de una boca con llagas y la frase: Fumar destruye tu dentadura y tu boca. Le devolvieron la cajetilla diciéndole "toma, ya no quiero esto", evoca.

Hace diez días, Holguín recibió de su proveedor cajetillas de cigarrillos con la impresión de seis pictogramas que muestran daños que produce el tabaquismo, lo que es parte de una campaña del Ministerio de Salud para alertar a la población sobre efectos nocivos del producto.

El cáncer a los distintos órganos del sistema respiratorio es una consecuencia común. Un pictograma muestra la garganta agujereada de un hombre.

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Pero el cliente que no compró la cajetilla de cigarrillos a Holguín supone una minoría frente a la demanda del producto. Casi nadie desiste de llevarlo, dice el vendedor y afirma que más de un cliente ha dejado escapar la frase "de algo he de morir" para desinteresarse del aviso.