Era la tarde del 28 de abril del 2011. Hombres en motos hacían piruetas, en una caravana, en las intersecciones del cantón Chone, en la provincia de Manabí, para abrir paso al féretro. Disparaban al aire. Dos gallos se picoteaban sobre el ataúd. Ello ocurrió en torno al sepelio de Jairo Proaño Pazmiño, quien murió en un enfrentamiento con policías, el 27 de abril del 2011.