EFE-REUTERS-AP
EL CAIRO.- Las decenas de miles de personas concentradas en la cairota plaza Tahrir estallaron ayer de júbilo al anunciarse de forma oficial que el nuevo presidente de Egipto será el islamista Mohamed Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes.

Los aplausos y los gritos de alegría, acompañados por las bengalas, inundaron la famosa plaza en el momento en el que Faruq Sultán, presidente de la Comisión Electoral, reveló que Mursi había ganado las elecciones con el 51,73% de los votos frente a su rival, el militar retirado Ahmed Shafiq, quien obtuvo el 48,27%.

"Estoy muy contento. Voté (al izquierdista Hamdin) Sabahi en la primera vuelta, pero a Mursi en la segunda, porque no podíamos volver atrás en la revolución", explicó Hatem Ahmed, quien no podía ocultar su alegría por el resultado.

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Mursi renunció a su militancia en los Hermanos Musulmanes, como había prometido que haría si conseguía la victoria.

Mientras, el jefe de la Junta Militar que dirige Egipto de manera provisional, Husein Tantaui, felicitó a Mursi.

La cúpula castrense dijo en varias ocasiones que traspasará el poder Ejecutivo al nuevo presidente el 30 de junio, pero en la última semana tuvo un tenso pulso con los Musulmanes.

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Las celebraciones de los seguidores de Mursi se extendieron a otras provincias de Egipto, como Alejandría o Damietta, en el Mediterráneo, o Gharbiya, en el Delta del Nilo.

Los últimos cuatro presidentes del país en seis decenios han provenido de las filas de las Fuerzas Armadas. Esta es la primera vez que Egipto moderno estará a cargo de un civil elegido libremente, un islamista.

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El júbilo también se apoderó de las calles en Gaza, con miles de simpatizantes de Hamas festejando el triunfo. El movimiento calificó de un momento histórico para Medio Oriente y consideró el triunfo de Mursi como un impulso a la resistencia contra la ocupación israelí.

En Cisjordania, Basam Salhi, miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina, la segunda facción en tamaño de la Organización para la Liberación de Palestina, se congratuló de los resultados.

No obstante, la Junta Militar, que gobernó a la mayor nación árabe tras la caída de Murabak, redujo los poderes de la Presidencia, lo que implica que el jefe de Estado tendrá que trabajar de cerca con el Ejército para elaborar una Constitución.

Mursi, de 60 años, quien estudió Ingeniería en EE.UU. y pasó un tiempo en la cárcel bajo el mandato de Mubarak, ganó la primera ronda de los comicios en mayo con un poco menos de un cuarto de los votos.

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Un portavoz dijo que este triunfo es para Mursi "una prueba de la determinación del pueblo egipcio por hacer que su voz se escuche".

Shafiq, la última persona en ser ministro de Mubarak, no entregó una reacción inmediata, aunque ofreció trabajar en el gobierno del islamista.

Mursi prometió formar un gobierno inclusivo que atraiga a la mayoría de los egipcios, entre ellos a una minoría cristiana, que está preocupada sobre un posible gobierno religioso.

El consejo militar retendrá el control del Ejército más poderoso de Oriente Medio, cuyo aliado más cercano es EE.UU. Mursi ha dicho que respetará los tratados internacionales, como el firmado con Israel en 1979 y del que depende gran parte de la ayuda de EE.UU.

Israel expresó sus respetos por la victoria de Mursi llamando al nuevo gobierno a mantener el acuerdo de paz. Los Emiratos Árabes Unidos también se unieron al júbilo e instaron a los egipcios a que se unan para alcanzar la estabilidad.

Cifras

51,7%
Votos
Según los resultados oficiales anunciados por la Comisión Electoral, ese es el porcentaje con el cual el candidato islamista Mohamed Mursi fue el vencedor de las elecciones presidenciales.

48,2%
Votos
El militar retirado Ahmed Shafiq, quien fue funcionario en el régimen del derrocado líder egipcio Hosni Mubarak, alcanzó ese porcentaje en los comicios de la semana pasada.