El fundador de la organización Wikileaks, Julian Assange, quien reveló miles de cables diplomáticos del Departamento de Estado de Estados Unidos, se refugia desde ayer en la Embajada de Ecuador en Londres, Reino Unido, mientras espera una respuesta del Gobierno a su pedido de asilo político.

El canciller Ricardo Patiño convocó ayer a los medios de comunicación a una rueda de prensa, sin preguntas, para informar sobre la solicitud de Assange, que la realizó a través de una carta dirigida al presidente Rafael Correa.

“El Gobierno del Ecuador se encuentra evaluando el pedido del señor Julian Assange y cualquier decisión que adopte sobre el mismo tendrá en cuenta el respeto a las normas y principios del derecho internacional, así como la tradicional política del Ecuador de precautelar los derechos humanos”, señaló el canciller Patiño.

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Assange, periodista y “exhacker” australiano de 41 años, con residencia en Londres, requerido por la justicia de Suecia “por delitos sexuales”, logró vulnerar los sistemas de seguridad del Departamento de Estado y difundió a través de su organización, Wikileaks, cables de las distintas misiones diplomáticas estadounidenses en el mundo.

Entre ellos los de la Embajada de Estados Unidos en Ecuador que originó la expulsión de la embajadora Heather Hodges.

El 6 de abril del 2011 el Gobierno de Correa le declaró “persona no grata” a Hodges por un cable que fue difundido en el diario El País de España sobre una supuesta corrupción policial en el Ecuador, encabezada por el entonces comandante Jaime Hurtado, y con el conocimiento del mandatario.

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Un día después y en reciprocidad a esta decisión, el gobierno de Estados Unidos también expulsó al embajador Luis Gallegos de su territorio.

Las relaciones diplomáticas con Washington se restablecieron en mayo pasado, después de un año dos meses, cuando el Congreso de ese país ratificó la designación del embajador Adam Namm, quien este lunes presentó sus cartas credenciales en Carondelet.

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El pasado 14 de junio el Tribunal Supremo, máximo organismo judicial británico, rechazó una petición de Assange para que reabra su caso a fin de evitar su extradición a Suecia.

Patiño leyó la carta remitida por Assange, en la que justifica su pedido de asilo ante el “abandono” de las autoridades de Australia porque “delegan en la Constitución de un país extranjero que aplica la pena de muerte por el delito de espionaje y traición...”.

Patiño admitió que se trata de un tema “delicado” y anunció que el régimen antes de tomar una decisión va a analizar, valorar y estudiar la solicitud.

El pasado 17 de abril Assange entrevistó a Correa, que fue difundida el 23 de mayo en la cadena Russia Today. Allí, el fundador de Wikileaks relata afligido que el diálogo lo realiza desde “Inglaterra, en el campo, bajo arresto domiciliario por 500 días”, sin enfrentar una acusación.

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La videoconferencia tardó unos 26 minutos; en donde el australiano realizó más de diez preguntas a Correa, quien habló sobre la expulsión de Hodges, la revuelta policial del 30 de septiembre del 2010; la inocencia del general Hurtado; los poderes fácticos “de los medios”; la supuesta intromisión estadounidense en los gobiernos de Latinoamérica, y el liderazgo del presidente Barack Obama.

La entrevista terminó con la solidaridad de Correa a Assange por su situación legal. “Ha sido un gusto conocerlo, Julian, al menos por este medio. Y ánimo, ánimo, que bienvenido al club de los perseguidos”, le dijo.

En la carta que leyó Patiño, Assange añade que las “amenazas de muerte, boicot económico y la posibilidad de ser entregado a las autoridades de Estados Unidos por autoridades británicas, suecas o australianas, hacen que busque en territorio ecuatoriano el asilo político y la protección para permitirme continuar con mi misión”.

En noviembre del 2010, el entonces vicecanciller, Kintto Lucas, le ofreció la residencia sin condicionamiento a Assange, para que revele todos los cables del Departamento de Estado.

No obstante, el presidente Correa desautorizó a Lucas. “Jamás vamos a apoyar el rompimiento de la ley, pese a que Estados Unidos creo que cometió un gran error”, dijo.