Casi dos meses después de iniciada la cosecha y a cerca de dos semanas de que el presidente Rafael Correa criticara a las industrias compradoras de maíz, el viacrucis de los agricultores por vender su producto sigue inalterable y hasta se agudiza en estos últimos días. En bodegas estatales y privadas hay filas de decenas de camiones esperando a que se reciba la cosecha. En algunos casos llevan hasta cuatro días en la cola.

Quienes logran vender, tampoco solucionan su problema. Por ejemplo, en Balzar (Guayas), más de 400 agricultores están angustiados porque la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA) aún no les cancela por el maíz que ellos entregaron en mayo pasado.

Voceros del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y otros representantes del Gobierno han indicado que la UNA paga de contado, pero los maiceros dicen que eso es falso.

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Heriberto Castro, del recinto Chicompe, de Balzar, aseguró haber entregado 400 quintales a la UNA, porque pagan el precio oficial ($ 16,50 por quintal) y supuestamente lo hacen de forma inmediata. “Pero han pasado más de cuatro semanas y no tenemos señales de cuándo nos cancelan. Casi a diario, mediante llamadas telefónicas o acudiendo hasta las oficinas en grupo, preguntamos por nuestros pagos y nos comunican que sigamos esperando porque la transferencia para la elaboración de cheques las realizan en las oficinas centrales ubicadas en Quito y que aún no hay nada”, se quejó.

Agregó que la gran mayoría de maiceros se endeudó para cultivar. Otros incluso han recurrido a los prestamistas, quienes a diario cobran un interés del 40% por el monto adquirido. Por ejemplo, si alguien prestó $ 100 le cobran al día $ 4, refirió.

Mientras, las industrias continúan sin recibir toda la producción. Así, en Ventanas (Los Ríos), afuera de las instalaciones de Eicopa, subsidiaria de la empresa Pronaca, 45 camiones y camionetas esperaban turno a las 10:45 del pasado miércoles, para intentar entregar el producto en esa planta.

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Algunos de los conductores, como Édgar Soto, llevaban esperando desde el domingo pasado. Esa espera sube el costo del flete y pierde el agricultor. Ellos señalaron que el costo del transporte desde los maizales hacia el centro de acopio vale 40 centavos de dólar por quintal, pero cada día de espera el agricultor debe cancelar al menos $ 50. Los camioneros afirmaron que ellos pierden más, pues podrían hacer otros viajes y obtener más dinero.

Augusto Bajaña, agricultor del recinto Anchoveta, que esperaba vender 60 quintales, se quejaba porque a los pequeños productores como él se les hace más difícil. “Pronaca compra a los grandes comerciantes y ellos traen grandes camiones; así, el cupo del día, de 240 toneladas se agota”, dijo.

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Este Diario buscó una versión de la industria compradora, pero no obtuvo respuesta.