Jorge Martillo Monserrate
jotamartillo@yahoo.es.- Falleció en el 2003. Pero es inmortal. Como compositor sigue más vivo que nunca. Su corazón palpita cuando suena o interpretan una de sus bellísimas canciones. Tomás Abilio Bermúdez Quijije, nació el 20 de marzo de 1931 en Charapotó, Manabí. En Lo mejor del siglo XX. Música Ecuatoriana, Oswaldo Carrión cuenta que los padres de Abilio apoyaron sus tempranas inquietudes artísticas: "En la escuela daba indicios de creatividad, pues sus compañeros le compraban sus poemas o alguna cancioncita que por ahí creaba".

Fue en su pueblo natal que aprendió a tocar guitarra con Manuel García y su tío Benito Quijije. Posteriormente, con maestría tocaría el requinto, a más del bajo, el bandolín, el piano y el violín.

Desde joven conformó el Conjunto Bahía y luego el recordado trío Los Soberanos conformado por los manabitas: Pedro Chinga, guitarra; Alfredo Lamar, voz y maracas; y Bermúdez, requinto, segunda voz y composición.

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En 1950, cuando Bermúdez tenía 19 años, Los Soberanos se instalaron en Guayaquil. Actuaban en teatros y programas radiales donde en esa época se desarrollaban los grandes espectáculos artísticos.

En 1952, Julio Jaramillo, de tan solo 17 años, grabó por primera vez y de casualidad un disco. No de música romántica. Sino la marcha política: Nuestro líder -letra y música de Ruperto Romero Carrión- en honor al cefepista Carlos Guevara Moreno, que era candidato a la Presidencia del Ecuador.

Para esa tarea propagandística contrataron a Los Soberanos. Pero un día antes de la grabación Alfredo Lamar, primera voz del trío, amaneció afónico y urgentemente buscaron un reemplazo. "Entonces pensamos en el negrito que andaba de radio en radio con Rosalino Quintero y cuyo nombre no lo sabíamos. Ruperto Romero Carrión, el compositor del tema a grabarse, nos dijo que se llamaba Julio Jaramillo", esta curiosa anécdota la contó Bermúdez a los periodistas Livingston Pérez y Francisco Romero Albán -Pancholín-, quienes en 1978 publicaron en varios fascículos: Julio Jaramillo: su vida completa. Bermúdez en Guayaquil se casó con Elvira Velasco, quien era cantante de música tropical. Él se dedicó a trabajar en la composición, producción y dirección artística y musical. Se calcula que compuso, letra y música, alrededor de 200 canciones a ritmo de pasillo, bolero, vals, pasacalle, etcétera.

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Fue Abilio Bermúdez, un excelente heredero de los compositores: Nicasio Safadi, Custodio Sánchez, Enrique Ibáñez Mora, Carlos Solís Morán y Gonzalo Vera Santos. Sus composiciones más conocidas son los pasillos: Hasta cuándo corazón, Mi regreso, Una lágrima y un adiós y Por tu amor que se fue; los boleros: Morena linda, Tragedia, Un bolero para ti y Mi amante; los valses: Tú y el alcohol, No me mientas y Celos; y el popular sanjuán: La chicha de la santa.

Temas grabados e interpretados por los afamados artistas: Liliam Suárez, Leonardo Kike Vega, Roberto Zumba, Las Costeñitas, Las Hermanas Álava, Las Quinde Salvadores, entre otros.

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En 1965 cuando Kike Vega -quien también nació en Charapotó- vino a Guayaquil buscó a Abilio Bermúdez, quien había sido alumno de su madre, para que le escribiera un par de canciones y grabar su primer disco. Esas fueron las primeras de las 80 canciones más o menos que el compositor creó para él. Todas fueron éxitos rotundos en su voz. Como los primeros pasillos: Una lágrima y un adiós y Corazón herido.

El disco salió bajo el sello Fénix siendo un boom de ventas. La semana pasada Kike Vega recordó a su maestro y compositor predilecto: "Era muy querido, muy popular, un músico extraordinario, pero nunca recibió un homenaje, nunca -lo expresa con una mezcla de ira y tristeza-. Era humilde, risueño, hacía chistes. Don Abilio fue completo. Era generoso, te ayudaba. Si no tenías que comer te decía: ten aquí un par de sucres. Pero también era bien estricto. Uno tenía que tener disciplina", recuerda Kike, quien ensayó con él todos los días, tarde y noche durante siete meses, el ahora pasillo clásico Una lágrima y un adiós.

Las jornadas eran en el patio del almacén musical que Bermúdez tenía en Gómez Rendón y avenida del Ejército, frente a las casas colectivas. La relación artística de ambos fue de unos diez años. "He grabado para Enrique Ibáñez, Nicasio Safadi y muchos más, pero Abilio fue el preferido, lo máximo. Él fue una de las últimas estrellas en letra y música", asevera Kike, quien evoca que junto a Liliam Suárez le cantaron cuando velaron al compositor en la sede de Sayce (Sociedad de Artistas y Compositores del Ecuador), entidad que Bermúdez dirigió entre 1982 y 1986.

Abilio Bermúdez falleció por un infarto cerebral el 15 de mayo del 2003. El abogado Marco Medina Ron, quien en el cementerio pronunció la oración fúnebre en memoria de Bermúdez, cuenta que en la década del noventa Sayce le otorgó al compositor una pensión vitalicia de 300 mil sucres, que con la dolarización se convirtieron en tan solo 6 dólares. "A Abilio lo encontré cuando se dirigía al Banco Central y me manifestó que tenía que dejar pasar 6 u 8 meses para no ir cada mes por 6 dólares. Eso a él, que había dado tantas canciones maravillosas a su país, lo ponía mal", menciona.

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Medina Ron considera al pasillo Hasta cuando corazón como el emblemático de Abilio Bermúdez y uno de los clásicos de la música ecuatoriana, especialmente interpretados por Kike Vega, Liliam Suárez o Eduardo Brito.

Abilio Bermúdez es inmortal y está más vivo que nunca cuando suenan sus canciones o alguien interpreta estos versos: "Hasta cuándo corazón palpitas tanto,/ o es que en mi pecho no encuentras ya cabida,/ si es por aquella que tan mal pagó el cariño,/ ya no palpites, sigue nomás tranquilo./ Si alguna vez, corazón, vuelve rendida/ en mí tan solo desprecio ha de encontrar,/ aunque ella fue de mí lo más querido/ eso lo haré para que aprenda a engañar".