Manuel Toro
MUISNE, ESMERALDAS.- Frente a una saliente de la isla de Muisne, rodeada por cientos de palmas de coco y separada apenas por un brazo de mar, desde hace tres años se empezó a edificar un nuevo balneario en el cantón Muisne, por iniciativa de los habitantes del recinto Bunche, una comunidad de pescadores que tiene alrededor de 600 habitantes.

Las mujeres, en su mayoría, se dedican a recolectar conchas y a capturar cangrejos azules en los manglares, que luego los comercializan en los balnearios más importantes de la provincia, especialmente Atacames, Tonsupa, Mompiche y en la misma isla de Muisne.

Hace tres años surgió la idea de formar una macroempresa entre los habitantes de este poblado. Marlon Simisterra, presidente de la Preasociación Vista al Mar de Bunche, dice que se unieron 50 familias y decidieron no trabajar más para terceros sino entre ellos mismos, fundando su propia empresa turística. Así nació este nuevo balneario, con una hermosa playa llamada Vista al Mar de Bunche.

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Los comuneros aprovecharon un terreno abandonado por un norteamericano que, espantado por los efectos del fenómeno El Niño, se fue del país hace unos seis años. El extranjero nunca regresó y los terrenos que colindaban con una playa, llenos de maleza y palmas de coco, fueron ocupados por los comuneros.

Entonces los comuneros, con machete en mano, despejaron la maleza del lugar, adecuaron un camino de acceso y se organizaron en pequeños comercios que construyeron al pie de la nueva playa que se había formado al eliminar el monte.

En el lugar existen 37 puestos dedicados a la venta de comida. Entre sus propietarios el control es muy estricto para que los precios se mantengan regulados y además se garantice un buen servicio al cliente.

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"Nosotros seguimos en nuestras actividades, salimos a pescar los varones; las mujeres van al manglar y capturan conchas y cangrejos; nuestros hijos tumban cocos y cortan racimos de verde. Todos los viernes, sábados y domingos venimos a la playa y preparamos comida para la venta", dice el dirigente.

El balneario ganó fama rápidamente gracias al precio de los platos. Por ejemplo, un cebiche de camarón que en otros balnearios cuesta entre $ 6 y $ 8, en Bunche lo venden a $ 3; el cebiche de concha, $ 3,50; y un encocado de cangrejo azul, $ 4. El plato incluye dos cangrejos, arroz y patacones.

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"Ningún plato cuesta más de $ 4. En ninguno de los 37 locales permitimos que se alteren los precios, entre nosotros competimos por los clientes ofreciéndoles mejor sabor y mejor servicio", dice Fausto Olmedo, vicepresidente de la asociación.

El alcalde de Muisne, Ángel Bernal, aclara que no se trata de una invasión sino de una iniciativa de progreso. "El balneario está asentado en playas municipales, pero se lo piensa ampliar y para ello tenemos que seguir los procesos correspondientes para expropiar tierras contiguas, porque se trata del bienestar de toda una comunidad", manifiesta.

Cómo llegar
Para llegar al balneario de Bunche hay que viajar necesariamente a Muisne, en Esmeraldas. Una vez en este cantón se toma una tricimoto que lleva directamente al balneario por $ 0,50 por persona.