La relación entre el hombre y los animales viene desde los inicios de la humanidad. Salvador Peralta, doctor de la clínica de rehabilitación Renacer, se remonta al pasado para explicar que el equipo persona-animal luchaba por sobrevivir.

Con el tiempo, agrega, el lazo que llegó a establecerse entre estos seres se convirtió en motivo de estudio para la medicina. Así, los perros, por ejemplo, comenzaron no solo a ser tomados en cuenta como una buena compañía, sino también como seres terapéuticos que aportaban al proceso de recuperación de enfermedades como autismo, esquizofrenia, trastorno bipolar, etcétera.

“Los animalitos son capaces de detectar la angustia y el dolor de los pacientes y ayudan a mitigar esa sensación de soledad, de tristeza, de angustia”, comenta Peralta. El psiquiatra explica que hay razas más dispuestas como los labradores o los golden retriever, pero subraya que todo depende de la crianza que se le dé al animal.

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Otro de los beneficios de esta terapia es la organización de los horarios, pues el especialista explica que los pacientes, debido a su enfermedad mental, suelen perder el orden de su vida cotidiana. En este aspecto, los perros son muy disciplinados y prácticamente los empujarán a sus dueños a que hagan actividades básicas (comer, asearse) a una hora específica.

La ruta de la vida es corta, comparada con la existencia del universo, y así como uno nace, muere. El psiquiatra manifiesta que cuando las mascotas fallecen, los pacientes se enfrentan a la realidad de la temporalidad. Se sugiere que aquellos que tengan una mascota y deseen entrenarla para manejar el problema de un familiar, lo hagan con un experto que no use la violencia, sino firmeza, afecto y que logre traspasar la autoridad al dueño de la mascota o al que sufre la dolencia.

La majestuosidad de los caballos no solo puede ser apreciada en grandes cuadros, o sentida al momento de montarlos, sino también cuando son capaces, como los perros, de ayudar en el proceso de sanación de un ser humano. En el Centro de Equinoterapia de la Prefectura del Guayas, un campo ecuestre acoge a personas desde los 2 años con varios problemas físicos y mentales.

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“Existen factores como el calor que el caballo brinda al paciente. Sus movimientos, que son impulsos, van directamente a la pelvis a estimular por medio de la columna las partes neurales, hasta llegar al cerebro”, comenta Rodney Zambrano, especialista en Equinoterapia y doctor en Veterinaria. Este proceso es clave para ayudar a aquellos con parálisis cerebral o parapléjica.

Es contraindicado para personas con rotura en la parte pélvica, en algún hueso, si hay hipersensibilidad en la piel, problemas graves en la columna o fobia al animal. El proceso terapéutico, que en este centro es gratuito, se realiza una vez por semana y no hay un tiempo determinado para su culminación, todo depende del avance del paciente.

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Maritza Salavarría lleva a su hijo, Sebastián Enrique Castro, al centro de atención médica. Él, de 4 años, ya tiene en tratamiento un mes y medio para superar su problema de lenguaje. “Quiero sacarlo adelante, que se defienda solo, que se desarrolle”, dice Salavarría, quien una vez por semana llega al km 10,5 de la vía a Samborondón, desde el suroeste.

La relación hombre-animal se ha forjado desde los inicios de la humanidad. Y cada vez hay más razones, como estas de sanación, para afianzarla.