AFP-Redacción
QUITO.- "Qué fracaso que han tenido los conspiradores, los odiadores, los sufridores, los retardatarios, los que quieren inmovilizar al país, los defensores del statu quo, el día de hoy, cuando a marchas con el propósito de desestabilizar... y catapultarse para próximas elecciones, qué pobreza de convocatoria que han tenido", así se expresó este jueves el presidente de la República.

Criticó de esta manera la marcha 'Por la dignidad y la vida' contra la política del gobierno, que se inició hoy en El Pangui con la caminata de 300 manifestantes, pero que al llegar a Yantzaza, en Zamora Chinchipe, ya sumaban 500.

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La llegada a Quito está prevista para el próximo 22 de marzo.

Más temprano, pasado el mediodía, el presidente calificó de "total fracaso" el inicio este jueves de una marcha indígena apoyada por grupos de oposición contra su gobierno, la cual planea llegar a Quito en dos semanas.

"Gracias a Dios, como esperábamos, ha sido un total fracaso. Vaya a ver cuánta gente se ha reunido en (la provincia amazónica de) Zamora Chinchipe, creo que son más los organizadores que los convocados", dijo el mandatario a la prensa en la sede del Ejecutivo.

Añadió que "la movilización de la oposición ha sido un gran fracaso", mientras que una concentración de seguidores del gobierno socialista frente a la casa presidencial es un "éxito".

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La marcha del oficialismo, que partió de un parque en el centro moderno, es "todo un éxito, ya hay decenas de miles de personas" en la plaza de la Independencia, frente al Palacio de Carondelet, para "defender la democracia, para decirles que el país ya no es el de antes", manifestó Correa.

Señaló que "no es suficiente unos cuantos grupos de poder aupados por cierta prensa, incluso por ONG internacionales, para tumbar, para cortar como se hacía antes en América Latina un proceso revolucionario y tan profundamente democrático como el nuestro, como la revolución ciudadana".

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'Recurso para evitar elecciones'

"Las grandes mayorías no permitiremos que nos arrebaten todo lo ganado", apuntó el gobernante, y añadió que la protesta indígena y de otros sectores de oposición es un "recurso para tratar de evitar" las elecciones de febrero de 2013, en las que "saben que serán derrotados nuevamente".

La movilización de los aborígenes arrancó en el poblado de El Pangui, unos 700 km al sureste de Quito, en la provincia amazónica de Zamora Chinchipe.

El prefecto (gobernador) de esa región y uno de los líderes de la protesta, Salvador Quishpe, señaló a la AFP que la caminata empezó con unas 500 personas.

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Estimaciones de otros presentes cifraron en dos centenares los participantes, que rechazan la minería a gran escala impulsada por Correa y exigen la promulgación de leyes sobre el manejo del agua y la redistribución de tierras, entre otros puntos.