Cantar y actuar son las pasiones de María Elisa Camargo, la actriz guayaquileña, de padres colombianos, que integra el elenco de Flor salvaje, telenovela que transmite Teleamazonas. Ella da vida a Catalina Larrazábal, una de las villanas del drama que RTI de Colombia produjo para Telemundo.

En Flor salvaje Camargo comparte roles con el también actor ecuatoriano Roberto Manrique, a quien –comenta vía telefónica desde México, donde ahora reside– conoció en su adolescencia cuando participó en unos talleres de actuación que se dictaron en Ecuavisa.

Fue por el 2003 cuando la estación realizó Yo vendo unos ojos negros. “Estuve seis meses. También conocí a Juan Carlos Román, a quien me he topado en Televisa”, indica y agrega que no actuó en la telenovela de Ecuavisa, pero lo aprendido reforzó las clases de actuación que recibió antes en el Teatro Centro de Arte con Alejandro Pinto.

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“Participé en obras como El libro de la selva, donde hice de niño”, expresa con emoción. Entonces Camargo, quien estudió la primaria en el SEK, cursaba la secundaria en el colegio Nuevo Mundo. “Soy guayaca. Mis padres (Jairo y Clara Inés) llevan más de 30 años en Ecuador. Mi casa está en Guayaquil, en La Garzota, y extraño mi arroz con menestra y carne, el llapingacho, el bolón y la farra de temporada en Salinas”.

Dice que supo que quería ser artista desde niña, cuando pidió ir a SíTV (ahora Canal Uno) para ser parte del programa ‘Dr. Expertus’. Fue lo primero que hizo. Luego incursionó en el modelaje. Terminado el colegio sus padres la alentaron para que estudiara Economía en la Universidad de los Andes de Bogotá. Lo hicieron porque, como es hija única, no la querían consentida sino independiente.

Ya en la capital colombiana un amigo actor le presentó al músico y productor César Escola, quien la vinculó nuevamente con la conducción televisiva al incluirla en un staff de diez presentadores del programa en vivo ‘Hola Escola’.

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Tras esta experiencia, y mientras se encontraba en casa, vio en televisión la promoción del reality de canto ‘Factor X’. Se presentó, hizo doce horas de fila en la Plaza de Toros de Bogotá y quedó preseleccionada de entre 45.000 personas.

En esa producción pasó momentos extremos, dice, pues fue centro de controversias. “Salí al mes del espacio, pero agradezco haber pasado por tanto lío, pues me ayudó a conseguir trabajo”.

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La oportunidad se la dio RCN, que la convocó para la versión colombiana de Floricienta. Ella integró el grupo musical de la protagonista (como la bajista). A esta le siguió su primer coprotagónico: La marca del deseo (remake de las Juanas), en la cual encarnó a María Alegría, un papel perfecto para ella porque la pusieron a cantar.

Camargo viajó luego a Miami (EE.UU.) para trabajar con el productor Adrián Posse un disco, cuya grabación no se dio y la dejó en el aire. Hizo contactos y se presentó a un casting en México para Verano de amor. De allí actuó en Hasta que el dinero nos separe, “que resultó una locura en la pantalla estadounidense”.

“Compartí roles con actores como Itatí Cantoral, Pedro Fernández, Juan Ferrara y Enrique Rocha. Era como un sueño. Los había visto en otras telenovelas y ¡ahora estaba con ellos!”.

También actuó en Llena de amor (remake de la venezolana Mi gorda bella) y recientemente en Flor salvaje.

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De vuelta en México, Camargo dice que allí está su futuro actoral. Hace poco intervino en una serie musical y aspira a hacer cine. Se confiesa adicta al Facebook y Twitter, donde contacta a sus amigos del Nuevo Mundo. ¿Y qué pasó con la música? “¡La retomaré!”, asegura.