AFP
ISLA DE GIGLIO, ITALIA .- Los socorristas reanudaron el jueves la búsqueda de víctimas en el casco del 'Costa Concordia' tras horas de interrupción debido a oscilaciones del navío semihundido, mientras familiares de los desaparecidos expresaban indignación y cólera contra el comandante del crucero.

La rabia de los familiares se acrecentó este jueves después de que el peruano Saturnino Soria, padre de la joven desaparecida Erika Soria, pidiera la públicamente a las autoridades italianas que el comandante del navío, Francesco Schettino, "no quede impune por lo que ha hecho".

"En otro país estaría en la cárcel, pasaría un mal momento, no estaría tranquilamente tomando café con su madre", comentó el indio Kevin Rebello, hermano de Russel, un miembro de la tripulación que no aparece.

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La liberación del controvertido comandante del crucero, principal responsable de la tragedia, quien está en arresto domiciliario en su residencia de Meta de Sorrento, cerca de Nápoles, irritó a los parientes de las víctimas que esperan noticias en la isla de Giglio, donde se produjo la tragedia.

"Han jugado con la vida de la gente. Siento mucha rabia", sostiene Rebello, quien trabaja habitualmente en Milán, norte de Italia.

Capitán acusado de homicidio
Acusado de homicidio culposo múltiple, abandono de nave y naufragio, por lo que corre el riesgo de ser condenado a 12 años de prisión, Schettino había sido detenido el sábado por orden de la fiscalía por temor a que manipulara las pruebas y por el riesgo de fuga.

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Equipos de psicólogos atienden a familiares y allegados de los desaparecidos, algunos de ellos sobrevivientes de la tragedia, que deben superar a su vez el trauma y el sentimiento de culpa por haberse salvado.

Once muertos y 26 desaparecidos
Once personas murieron en el siniestro, de los cuales ocho ya han sido identificados: cuatro turistas franceses, un italiano, un español y dos miembros de la tripulación: un peruano y un húngaro, el violinista del crucero.

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Según los datos oficiales, 26 personas están desaparecidas desde hace seis días, pero en esa lista se incluyen los cuerpos que aún no han sido identificados.

Las peligrosas inmersiones de los buzos en el navío se dificultaron el jueves por el viento y las olas que azotan la isla y ponen en peligro la estabilidad del crucero semihundido, que corre el riesgo de deslizarse hacia un cercano precipicio de unos 70 metros.

Paralelamente a las búsquedas, se preparan las tareas de extracción de las 2.400 toneladas de carburante, cuya presencia hace temer un desastre ecológico en uno de los parques marinos más protegidos del Mediterráneo.

La compañía propietaria del crucero, Costa Crociere, líder en Europa en ese sector, anunció que contactó a todos los pasajeros del crucero a los que garantizó que serán reembolsados de "todos los gastos materiales" y deberá indemnizar a los afectados.

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Costa transmitió su "pésame" a los familiares de las víctimas, desconsolados ante la serie de imprudencias y errores cometidos por el capitán, quien realizó en repetidas ocasiones las tristemente célebres "reverencias", es decir acercamientos a la costa para rendir homenaje a sus habitantes.

Meseros y cocineros lideraron salvamento
Según nuevos testimonios, la mayoría de las lanchas fueron manejadas por meseros o personal de la cocina, entre ellos filipinos, colombianos, peruanos y hondureños, considerados verdaderos "ángeles" al haber realizado decenas de viajes entre la nave y la isla para salvar vidas.

Los organizadores de cruceros invitaron a la Organización Marítima Internacional (OMI) a sacar lecciones del accidente, tal como ocurrió a inicios del siglo XX con la tragedia del Titanic.

"Hay que hacer una evaluación seria de la tragedia para que la industria turística de los cruceros siga siendo segura en todo el mundo", escribió Christine Duffy, presidente de la Asociación Internacional de Cruceros .