Saltó desde la banca de suplentes, se consagró como héroe chulla y como exterminador de las esperanzas de los hinchas eléctricos. El argentino Matías Alustiza anotó el gol con el que Deportivo Quito doblegó ayer 1-0 a Emelec, resultado que confirmó a los capitalinos como campeones nacionales (con el empate ya tenían el título, por su triunfo 0-1, en Guayaquil).

Así, el cuadro de la Plaza del Teatro sumó sus quinta corona. Antes celebró en 1964, 1968, 2008 y 2009. Mientras, con su caída los azules se convirtieron en el cuadro con más subcampeonatos en Ecuador (11).

El Chavo, como apodan a Alustiza, reemplazó al máximo artillero azulgrana, Maximiliano Bevacqua (20 tantos), al minuto 60, y volvió a funcionar como amuleto del D. Quito.

Publicidad

Antes de hacer su gol puso en riesgo el arco de Wilmer Zumba, quien ayer tuvo varias intervenciones acertadas. Entre ellas una al minuto 54, cuando acrobáticamente desvió el balón, que tras ser cabeceado por Luis Checa, iba rumbo al gol.

La anotación quiteña se produjo justo cuando Emelec, que desde los 53m se quedó con 10 hombres por expulsión del defensa Eduardo Morante, pugnaba, aunque sin mucho orden, por igualar la serie y forzar el cobro de penaltis. Alustiza recibió un pase de Oswaldo Minda, sacó un disparo cruzado y dejó sin reacción a Zumba (88m).

El Chavo corrió adonde lo llevó su emoción. Se abrazó con todos y recibió la estruendosa ovación que bajó desde las tribunas. El título estaba definido a favor de los azulgranas.

Publicidad

Así como en las postrimerías de la segunda etapa del torneo, cuando al equipo de la Plaza del Teatro aún le faltaban puntos para clasificar a la final, surgió el diminuto Alustiza para transformarse en el héroe. El argentino salió de la banca de suplentes ante Espoli y Deportivo Cuenca y marcó los cuatro goles con los que su escuadra ganó 2-1 en ambas ocasiones y pudo consolidarse en el liderato que lo condujo a las finales.

El explosivo festejo llegó tras 88m de incertidumbre. No fue el mejor partido de los hombres de Carlos Ischia. El juego se desarrolló en el medio sector, las marcas fueron excesivas y eso impidió que el espectáculo fuera agradable para el público.

Publicidad

Los futbolistas de los dos equipos probaron muchos tiros de larga distancia, siendo el más peligroso el del paraguayo Fernando Giménez (27m), cuando el balón, tras rozar en las manos del arquero Marcelo Elizaga, se estrelló en el horizontal.

En muchos momentos Emelec fue el de la propuesta ofensiva, pues solo le servía el triunfo por dos goles de diferencia para ser campeón. Pero por falta de certeza no anotó. Así, Walter Iza desperdició un pase de David Quiroz al disparar al cuerpo de Elizaga.

A pesar de la angustia, al final la fiesta fue chulla y se apoderó del Atahualpa, que atestiguó las ovaciones que recibieron Alustiza y toda la plantilla, que en las últimas cuatro temporadas ha sumado tres estrellas. Emelec, como en el 2010, fue segundo.