Perdió el título de 1988, pero indica que en el plano personal ganó porque se hizo más amigo de su rival en esa disputa. El charrúa Víctor Manuel Battaini dirigió al Deportivo Quito, que fue subcampeón hace 23 años, cuando fue sometido por Emelec. Según el chulla, esa circunstancia estrechó los lazos de amistad con su compatriota Juan Ramón Silva, DT de los azules en esa consagración.

“Desde aquel día (27 de noviembre de 1988, en el Atahualpa), cuando me superó en la final, lo quiero más a Juan Ramón. Somos grandes amigos, somos uruguayos, hinchas de Peñarol y nos radicamos en Ecuador con nuestras familias. Lo único que nos diferencia es que aquí queremos a diferentes clubes”, relata Battaini.

Se incorporó al club en 1968, con 21 años, y como atacante fue campeón en ese torneo. Luego de 20 años, tras la salida de Luis Grimaldi, se encargó del primer equipo chulla.

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“Fue lo máximo. Entrenaba a las inferiores y asumí al plantel mayor. Peleábamos por no descender y con una gran campaña de 17 juegos invicto lo llevé a la final”, relata el actual director de las categorías formativas y de reserva azulgranas.

Sobre las finales de 1988 reconoce que Emelec “fue el justo ganador. En Guayaquil nos ganaron bien (3-0). Aunque apenas iniciado el partido salió lesionado nuestro mejor jugador: Álex Aguinaga; luego expulsaron al Flaco (Alfredo) Encalada. En Quito pudimos ganar, pero (Javier) Baldriz, el arquero de Emelec, estuvo impasable ese día. Son cosas del fútbol”.

El Loco Battaini recuerda que antes de la final de vuelta le advirtió a Silva que le pondría pica-pica en el camerino azul. “Él se la creyó y me dijo: ‘No te hagas el vivo’. Pero solo era una broma”, revela sonriendo. “Me ganó bien el título”, enfatiza.

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En los años posteriores a esa definición, Battaini cuenta que siempre que viaja a Guayaquil lo primero que hace es ir a Los Samanes (donde entrena Emelec) a visitar a su “gran amigo. Me abro paso entre los árboles de mangos y busco a Juan Ramón para darle un gran abrazo. Es mi gran amigo”.

Dice que si D. Quito no es campeón, aplicará un consejo de Ernesto Guerra, su DT en 1968: “A llorar a la iglesia, que está abierta todos los días; cuando se pierde, se pierde y hay que felicitar al rival, nos decía”. “Ojalá no tenga que felicitarlos, pero si sucede lo haré como en 1988”, finaliza Battaini.

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Textual: Azulgrana
Víctor Manuel Battaini
DT SUBCAMPEÓN EN 1988
“Soy hincha del D. Quito, trabajo en el club, me siento parte de él. En el plano deportivo anhelo la revancha (de 1988)”.