Imagínese que el continente americano está pintado de cuatro colores. Cada uno marca las zonas de mayor importancia para aves, mamíferos, reptiles y plantas vasculares (que almacenan agua en sus tallos). Con uno de ellos, el rojo, se identifica a la zona considerada como fundamental para la conservación de los cuatro grupos mencionados. Ese único punto está en Ecuador, dentro del Yasuní.