Los amigos de Federico Larrea le tienen sana envidia porque no tiene horario ni jefe.
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Cuando le toca trabajar hace jardines y bonsáis, y en su tiempo libre hace lo mismo, porque es lo que ama. Dejó su trabajo en una compañía de seguros a los 38 años para dedicarse a sus plantas y bonsáis, un arte que lo ha hecho recorrer el mundo.
Los amigos de Federico Larrea le tienen sana envidia porque no tiene horario ni jefe.
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La marca asiática presentó la nueva versión del vehículo. El proyecto de ensamblaje se desarrolla en una planta de Quito.
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