El investigador peruano Ricardo Uceda estará en Guayaquil del 2 al 4 de septiembre, en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin 2011), que promueve el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), para destacar la labor de la investigación, que revela actos de corrupción en distintos ámbitos, como el político y social. Para Uceda, en esta cita se fortalecerá la misión del periodismo investigativo hacia la sociedad, quien finalmente decide a través de la exposición de los hechos que le son ocultados por el poder. Uceda es el autor del libro Muerte en el Pentagonito, que revela actos ilícitos y de supuesta tortura en el gobierno de Alberto Fujimori.

En Latinoamérica, ¿se mantiene el mismo esquema a nivel de corrupción en el ámbito político?
Creo que ha habido un gran avance en cuanto a la transparencia de los fondos públicos en América Latina... (Ahora) vemos que en muchos sentidos las falsificaciones son más prolijas. Lo que demuestra para el periodismo que hay nuevas modalidades.

¿Cuáles?
Por ejemplo, figuras como presta nombres y depósitos en cuentas en paraísos fiscales. Modalidades que son difíciles de seguir y que a veces llegan a manos de la prensa porque ha habido una fuente que filtró la información...

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La Convención de Derechos Humanos habla de la responsabilidad ulterior, ¿cuál es el espíritu de este principio, ya que se la utiliza como base para enjuiciar a periodistas?
Uno de los principios fundamentales en el ejercicio de la libertad de expresión, en el caso del periodismo, es que no hay censura previa. Nadie puede ejercer de defensor en la sociedad, ni siquiera un juez. Entonces, la responsabilidad del periódico es ulterior. El periódico es responsable de lo que publica. A nivel judicial también puede haber un atropello con esa responsabilidad ulterior, porque en realidad las opiniones no deben ser penalizadas, lo mismo que informaciones que han sido debidamente confrontadas, que forman parte del libre juego de mensajes para abastecer el conocimiento de la sociedad...

En entidades públicas tiende a decirse ahora que son blanco de injurias y calumnias. Pero ellos trabajan con dinero público.
En realidad la tarea de fiscalizar es una actividad benigna para la sociedad, y ellos, los empleados públicos, están sujetos a un mayor escrutinio. La mayor parte de los actos son materia de información. (Por ejemplo) ¿qué han comido?, ¿adónde han ido?, ¿con quién se han juntado? Pero la prensa no puede invadir su intimidad, por ejemplo, eso está penalizado. La prensa no puede intervenir comunicaciones, no puede inventar situaciones... Eso está avalado por el Poder Judicial, que debe ser autónomo.

¿A veces pareciera que las sociedades no reconocen la importancia del periodismo?
El periodismo no es un lector perfecto, inmune a la corrupción ni a ser manejado por intereses. Pero cuando es libre, o sea, desarrolla su trabajo en las garantías democráticas, realmente puede servirle al ciudadano para conocer lo que en otros sectores no puede conocer. Es una válvula para la expresión de la gente, para que se puedan conocer cosas que de otra manera no se conocían. Con todas sus imperfecciones es el único sector donde puede haber un flujo de informaciones para que la gente tenga una información independiente sobre lo que está pasando.

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En Ecuador, la Asamblea Nacional tiene un proyecto Ley de Comunicación que incluye la creación de un Consejo de Regulación. ¿Se estaría sancionando a la prensa?
Cualquier tipo de mecanismo, de control de contenidos, impropio y antidemocrático, está llamado a fracasar y a empobrecer la información que van a recibir los ecuatorianos, si eso se da. Porque quién va a establecer qué es lo que necesita leer la población. Este tipo de organismos está llamado a ser influido por personajes gubernamentales, por sectores interesados en que la gente tenga una determinada visión.

¿Y este tipo de leyes podrían afectar el derecho a la libertad de expresión?
Si es un control de contenidos, evidentemente coarta la libertad de información y de pensamiento. Todo control de contenidos está llamado a hacer eso. Hasta ahora el mejor mecanismo, si una persona se siente afectada, es ir al Poder Judicial. Pero un organismo de control somete a los medios, en mayor o menor medida, a favorecer a una posición (según) quién esté en el poder. Y en esa medida es una limitación severa a la libertad de expresión y pensamiento...

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¿Qué tanto podría incidir el miedo a la represalia?
Todo mecanismo genera autocensura, limita la información. Hay una serie de consecuencias indirectas que empobrecen la información que recibe el ciudadano. Si siento que un consejo me va a controlar el contenido, ya informo de acuerdo a cómo creo que lo puede aprobar o que no lo va a castigar. Ya hay un recorte, una autocensura...

En Ecuador, por ejemplo, desde el Gobierno y desde las entidades estatales se cuestiona el manejo de los medios, porque dicen que defienden intereses empresariales y no la libertad de prensa.
Sin duda, hay casos en que medios defienden sus intereses empresariales... Hay una serie de posibilidades, pero en realidad cuando los gobiernos se quejan de que la prensa hace eso, se quejan de la crítica que les están haciendo. Es la forma de enfrentar las acciones, denuncias y críticas. Que si un medio se dedica a defender sus propios intereses en la información, la gente va a discernir, se va a dar cuenta. Ya está demostrado que los medios tienen un limitado poder de manipulación sobre el ciudadano. Pero en la mayoría de los casos los políticos ven a los medios como una encarnación de la oposición, de un sector empresarial, porque los medios tienen que ser producidos con inversiones fuertes.

¿En el caso de Latinoamérica sucede lo mismo?
Yo no niego que las empresas que editan medios puedan tener intereses que hasta sean mercantilistas, pero en el fondo no se critica la forma empresarial. Y están las demostraciones. Tanto en Venezuela y Ecuador, los gobiernos se han favorecido de las formas empresariales para que haya medios (de comunicación que los adquirieron en ambos países) con un signo político favorable a los gobiernos.

Cuando el presidente Rafael Correa visitó Perú para el cambio de mando del nuevo presidente de esa nación, hubo un medio, diario El Correo, que recibió al mandatario con una portada de rechazo que decía: ‘¡Repudio!’. ¿Tuvo esto algún impacto en la sociedad?
Muchos sectores de la prensa y de la clase política se sintieron identificados, pero todos no. Incluso el Canciller criticó al diario porque le pareció una postura descortés. Y también el Canciller fue objeto de críticas porque algunos consideramos que no era su función justificar lo que dice un medio peruano de un mandatario extranjero. Pero es un incidente sin mayor relevancia, porque en Perú estamos viviendo otras condiciones distintas a las de Ecuador.

¿Qué condiciones hay allá?
No existen amenazas preocupantes. No existen en este momento condiciones adversas a la libertad de expresión. Lo que no podemos decir de Ecuador, entre otras cosas, como el fallo contra EL UNIVERSO (se pide prisión para tres directivos y un exeditorialista, y el pago de una indemnización).

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¿Este fallo es un anuncio de intimidación para la prensa?
Es una sentencia insostenible jurídicamente, absolutamente desproporcionada. Y se trata para los estándares que vemos actualmente del ejercicio de una opinión. Una opinión hasta puede ser infame, errada, inoportuna, senil, pero es una opinión y no puede ser sancionada. El otro está en el nivel de la escritura de esa sentencia...

Hay instancias internacionales para las sentencias locales, pero a estas se llega cuando se dicta sentencia, como la prisión.
En realidad es importante tener un Poder Judicial independiente. Lo importante es que las garantías sean brindadas en el propio país. Las instancias internacionales son instancias últimas, que pueden resarcirse al cabo de años...

A nivel de la región, ¿qué otra opción hay en defensa de la libertad de expresión?
En estos casos importantes, hay que presentar las experiencias. Por ejemplo, la presentación del caso ecuatoriano en Perú llama la atención en los auditorios porque no se concibe...

¿Por qué llama la atención?
Porque el presidente Correa tiene una buena imagen. Es visto como un presidente simpático, afable, locuaz, que produce simpatía en la población. Lo que no se conocía era esa especial sensibilidad que tiene ante las críticas de los medios, entonces llama la atención. Se tenía una idea de que solo Chávez era una especia de oso intimidador, pero no el presidente Correa... El Poder Judicial es el que debe reaccionar.

Perfil: Ricardo Uceda
OCUPACIÓN:
Periodista e investigador de Perú.

TRAYECTORIA:
En 1999 fue considerado defensor de la libertad de la prensa, a cargo del Instituto Internacional de la Prensa. En el 2000, la Universidad de Columbia le concedió el premio María Moors Cabot. En el 2004 publicó el libro Muerte en el Pentagonito, una investigación sobre los crímenes cometidos por Sendero Luminoso y las FF.AA. peruanas entre 1983 y 1993.