Mayra León y Ángela Alcívar tienen diferentes edades pero comparten una misma alegría. Hace un mes fueron intervenidas con éxito en el hospital Luis Vernaza.

Ambas recibieron un trasplante de riñón de un donante de 28 años que tenía muerte cerebral a causa de un accidente en una moto.

“Esperé mucho que me llamaran, lo hicieron otras veces, pero no salí compatible con los donantes, ahora todo ha salido bien”, dice la joven de 18 años.

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León era paciente de hemodiálisis desde hace cinco años y hace un año le determinaron que requería de un trasplante.

Mayra afirma que dentro de unos meses espera retomar la carrera de Medicina, pues había empezado el preuniversitario. Dice sentir una gran empatía por las personas que tienen esa profesión, la que se fortaleció por lo experimentado durante su dolencia.

Mientras que Alcívar, de 50 año, esperó un año y medio por esta oportunidad. “Ir tres veces a la semana a diálisis no es una vida normal, ahora siento que he vuelto a nacer”.

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Noralma Mosquera, nefróloga tratante de los dos casos, explicó que el pasado 13 de junio tuvieron el donante. “Como era del tipo de sangre A+, hicimos pruebas de compatibilidad entre los enfermos renales y quedaron ellas”, señala.

Al siguiente día se practicaron las dos operaciones simultáneamente durante 12 horas, con un equipo de trasplante de 25 personas, entre nefrólogos, cirujanos vasculares, urólogos, anestesiólogos y enfermeros.

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Mosquera detalló que deben recibir controles quincenales los primeros tres meses y después acudir mensualmente hasta cumplir el año. A partir del tercer año es trimestral, pero de por vida.

Se estima que unos 5.000 pacientes necesitan un trasplante de este tipo en Ecuador.

En el hospital Luis Vernaza se han realizado 22 trasplantes de riñón y 6 de córnea.