AFP-REUTERS
LA PAZ.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, decidió "denunciar" la Convención de Viena de la ONU sobre drogas, porque considera a la hoja de coca como "estupefaciente" y obliga a su país a eliminar la práctica de la masticación, informó el canciller David Choquehuanca.

La Convención, de 1961, "dice que no podemos nosotros ejercitar esta práctica ancestral" de la masticación de coca y el "denunciar el acuerdo significa defender nuestra cultura, que podamos seguir practicando nuestra cultura", afirmó Choquehuanca.

Bolivia reconoció en 1973 esta Convención, que establece un plazo de 25 años para eliminar la masticación de la coca, una práctica extendida en el país, especialmente entre indígenas, campesinos y obreros. Además, tipifica a la milenaria planta como droga.

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Morales, actual líder de los productores de coca, considera que la masticación de la hoja de coca en su estado natural es una práctica ancestral en Bolivia, principalmente en los pueblos indígenas andinos de quechuas y aymara, predominantes en el país.

La decisión del Gobierno fue revelada hoy en la Cámara de Diputados, donde fue puesto en agenda sorpresivamente un proyecto de ley presentado por el Ministerio de Relaciones Exteriores para retirar al país sudamericano de la Convención mundial antidrogas.

"No se trata de desmarcarnos de la lucha antidrogas, sino de hacer respetar nuestra cultura", dijo al plenario Choquehuanca al justificar el paso decidido por Bolivia, tercer productor mundial de coca y cocaína después de Colombia y Perú.

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Si es refrendado entre los senadores, será promulgado por Morales "antes del mes de julio", acotó el jefe de la diplomacia.

Sin embargo, aclaró que Bolivia volverá a "adherirse" a la Convención de Viena en el plazo más breve pero  "manifestando su reserva" a la prohibición de masticar coca.

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Fuentes políticas que pidieron el anonimato explicaron que la denuncia de la Convención privaría a Bolivia de casi toda la ayuda internacional que recibe actualmente tanto para la interdicción del narcotráfico como para la erradicación de cocales ilegales.

"Estamos dando una mala señal a la comunidad internacional de que se quiere legalizar el cultivo masivo de coca, cuando el gobierno no puede luchar contra el narcotráfico", dijo el diputado opositor Mauricio Muñoz, quien acotó que "van a llegar sanciones de Estados Unidos y Europa a Bolivia".

La decisión de denunciar la Convención de Viena surgió casi tres años después de que Morales expulsara del país a la agencia antidrogas estadounidense DEA y cinco meses después de que Washington bloqueara una iniciativa boliviana para retirar de ese tratado una prohibición a los usos tradicionales de la coca.

Bolivia cuenta con 30.900 hectáreas de coca, según las Naciones Unidas, de las que la legislación nacional sólo reconoce a 12.000 para usos tradicionales, como masticación, infusión y rituales religiosos andinos.

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