Internet es una red de información ­casi infinita­. Quienes se adentran en la world wide web pueden encontrar textos, videos, mapas, mundos asombrosos. En ese mundo virtual, las redes sociales (Facebook, Myspace, Twitter), se han convertido en los medios de socialización más populares entre los adultos y entre los pequeños cibernautas también.

En un estudio realizado este año por el grupo AVG Internet Security, publicado por Business Wire, se especificó que el 25% de niños sabe cómo abrir y utilizar un navegador web sin la ayuda de un adulto. En un mundo virtual sin visas ni fronteras, ¿cómo prevenir a los chicos de los peligros cibernéticos?

El ingeniero en electrónica Jorge Abudeye asevera que los padres pueden restringir el material que su hijo utiliza en línea siguiendo algunos pasos, con asesoría de un experto: usar un servicio comercial que ofrezca opciones de control paterno, instalar un programa propio de control o usar PICS (Plataforma para la Selección de Contenidos en Internet).

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Acota que para evitar que ellos den clic en contenidos no aptos para au edad, se deben utilizar los bloqueadores emergentes en los navegadores.

Pero no basta con que los padres aprendan a administrar el tiempo de sus hijos y supervisen los contenidos que visitan. Es vital que se comuniquen con ellos y aprendan sobre estas redes para entenderlos mejor, pues más allá de las conexiones electrónicas, los niños también cumplen otras actividades, como las estudiantiles y necesitan un soporte familiar.

La profesora Lida García explica que los niños internautas presentan perfiles muy distintos a aquellos que crecieron sin "amigos" en la red. "El fácil acceso a la tecnología y a través de esta, al llamado internet (y redes sociales), ha ocasionado en los niños un "bombardeo de información", que difícilmente pueden procesarla, peor aún entenderla de manera consciente", anota. Y en este advenimiento vertiginoso de información, los docentes también deben estar preparados y conocer estos espacios para guiar a sus alumnos.

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En sitios como Myspace, Facebook o Twitter, agrega, pueden encontrar perfiles positivos que promueven la defensa de la vida, o que incentiven el respeto a los animales; pero, también, otros con propagandas y criterios sobre discriminación, racismo, etc., que distorsionan los contenidos que dentro del plantel se trata de reforzar (aspectos espirituales, valores y principios).

El aislamiento social, ostracismo virtual, baja autoestima, bajo rendimiento académico, depresión, entre muchos otros problemas, pueden ser el resultado del mal manejo de estos sitios, asegura la sicóloga Giomary Zambrano, por lo que la supervisión constante de un adulto (de su familia o de su entorno estudiantil) es fundamental.

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En esto coincide el sociólogo Napoleón Velástegui, quien habla sobre cómo estas redes han impactado en la percepción que los niños tienen del mundo. "Como 'principiantes' en el uso de esta herramienta, necesitan orientación de parte de las generaciones con experiencia para aprender a cuidarse de los riesgos inmanentes de cualquier aprendizaje", expresa. Por ello, él hace hincapié en que las redes pueden ser beneficiosas o perniciosas según el entorno hogareño y la dirección que impriman los adultos responsables de la formación de los niños.

El educomunicador Roberto Rangel afirma que el tema infantil en la cultura occidental fue mitificado, y esto le ha negado al niño su protagonismo. Explica, que a través de las redes sociales, este aprovecha para insertarse, para jugar con su identidad, pero también le toca manejar un lenguaje de adulto, por lo que el pequeño se ve enfrentado a dos realidades: la espacial y la virtual.

García expone que los pequeños no deben olvidar la importancia y el valor de la comunicación interpersonal, y agrega que las redes sociales fueron creadas para beneficiar al ser humano. "Lamentablemente es el mismo ser humano quien -en ocasiones- distorsiona y afecta la intención de las mismas".