AFP
TUSCALOOSA, EE.UU..- Miles de damnificados por un gigantesco tornado de 1,5 km de ancho que arrasó Tuscaloosa, en el sur de Estados Unidos, intentaban ayer recuperar sus bienes en casas literalmente destruidas por el azote de los vientos, ante el creciente temor de los saqueos.

Los residentes de esta población de Alabama buscaban recuperar camas, colchones, muebles, televisores, equipos de aire acondicionado y todo tipo de artefactos y ropa del interior de sus viviendas para evitar posibles robos, en un lugar que al caer la noche queda completamente a oscuras tras el corte total de electricidad.

El presidente Barack Obama visitó ayer Alabama para constatar los efectos de los cientos de tornados y tormentas de los últimos días que han matado a unas 305 personas.

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Otras diez muertes fueron provocadas por inundaciones.

"Tengo que decir que no había visto nunca una devastación así", dijo Obama en la visita que con su esposa, Michelle, realizaron a Tuscaloosa, una ciudad de 90.000 habitantes donde barrios enteros prácticamente desaparecieron del mapa por los tornados más mortíferos en EE.UU., en casi 40 años.

Alabama es el estado más afectado, con 210 muertos, más de 1.700 heridos y casi un millón de personas sin electricidad, pero también fueron golpeados Tenessee, Misisipi, Georgia, Arkansas y Virginia.

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"Nunca habría imaginado que un tornado pudiera causar una destrucción así en una ciudad", lamentó Rose Livingston, mientras sus hijos cargaban en su coche provisiones que se salvaron de su pequeño comercio dañado por la tormenta.

Como ella, Thomas Higgins teme saqueos e instaló placas de madera para reemplazar parte de una pared de su casa. Son muchos los que recuerdan las escenas de saqueo que siguieron al huracán Katrina en Nueva Orleans, que dejó más de 1.500 muertos en el 2005.

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Tuscaloosa aparenta estar en guerra. Las casas parecen haber estallado desde adentro, mientras muebles y desechos invaden las calles, repletas de autos volcados y despedazados.

Owen Simmons, que trabaja en una mueblería de Tuscaloosa, mostraba que en el frente de su casa hay pintada una cruz y un cero. "Esto quiere decir que aquí los rescatistas ya han revisado y no hay víctimas. Eso es lo que me importa", dijo. "Todas mis fotos volaron, todo lo que mi madre me había dado. Todo se fue, todo. No me queda nada más".

Mientras, los equipos de rescate continúan buscando desaparecidos que se teme podrían estar bajo los escombros o aplastados por árboles.