Con supuestos abogados y con la excusa de que la tierra debe revertirse a los “más necesitados”, unas 20 personas que afirmaban pertenecer a la cooperativa 18 de Noviembre y a la asociación conocida solo como FRIN invadieron el fin de semana más de 1.200 m² del bosque protector Cerro Blanco.

Además de talar 70 árboles nativos y destruir la naturaleza de la reserva ecológica protegida, los invasores de tierra intentaron levantar casas de cañas prefabricadas al interior del sector conocido como Tres Bocas, al que se llega tras pasar las áreas consolidadas como Monte Sinaí y Voluntad de Dios (asentamientos aún ilegales). Aquí la única vía de ingreso principal es la av. Casuarina (conocida como la entrada de la 8), por la vía Perimetral.

“No es la primera vez. Se logró por el momento frenar el ingreso de los traficantes de tierra con la ayuda de la Policía Ambiental. Pero hoy (ayer) los guardaparques nuestros decían que había personas de los mismos invasores que volvieron a ir, y como vieron la presencia de la Policía y del Ministerio de Ambiente, se retiraron”, acotó Eric Horstman, director de la Fundación Probosque.

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Para Horstman, a más de la vigilancia de la Policía Ambiental, lo importante es que las autoridades nacionales, así como el Ministerio del Ambiente realicen las investigaciones y sancionen con la máxima pena por delito ambiental, pues en junio del año pasado unos cinco invasores de la reserva fueron capturados por un acto similar y hasta la actualidad la fundación no tiene resultados del juicio y los detenidos fueron puesto en libertad.

En ese entonces, aquellos “traficantes de tierra” habían llevado a personal de entidades como el desaparecido INDA (Instituto Nacional de Desarrollo Agrario) para que les dieran certificados de posesión por estar supuestamente en “tierras privadas”. No obstante, los funcionarios se dieron cuenta de que los terrenos eran del bosque protector, dijo Horstman.

En el caso del fin de semana, la Intendencia del Guayas dispuso hoy el apoyo de todo el personal policial (de control y ambiental) para reguardar el sitio, así como de los fiscales cercanos al área, acotó el representante de la fundación.

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En el sitio, cuyos árboles naturales están destruidos, los invasores aprovecharon también para sembrar maíz y colocar estacas divisorias de futuros terrenos.

Eliminación de vegetación

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En a un área aproximada de 1.200 m² se talaron 70 árboles nativos de entre 70 y 150 centímetros de altura, como laurel, Fernán Sánchez, guasmo, entre otros, que fueron sembrados en el 2008, 2009 y 2010 por la Fundación Probosque y otras entidades de ayuda.

Otro desmonte

Un área de 300 m² también fue “limpiada” por los invasores.